Tan excéntrico como un equipo olímpico jamaicano de bobsleigh suena un esquiador mexicano de 62 años en unos Mundiales, pero Hubertus de Hohenlohe lo ha vuelto a hacer. Pasada la sesentena, el áristócrata, fotógrafo, cantante y empresario azteca alcanzó en la estación italiana de Cortina d'Ampezzo su 19 participación en unos Mundiales de esquí alpino, superando su propio récord, como viene haciendo desde que en 1999 supero la marca del luxemburgués Marc Girardelli.

Tener cero victorias en su palmarés (más allá del título oficioso de campeón de México que se desprende de ser el único participante de su país) no resta curiosidad a un personaje poliédrico. Hijo del príncipe alemán Alfonso de Hohenlohe y de Ira von Fürstenberg, nació en Ciudad de México el 2 de febrero de 1959 y a los cuatro años se trasladó a Europa. Vivió en España antes de mudarse a Austria, donde se enamoró del esquí, aunque era inimaginable en lo que se convertiría después.

Fundador de la Federación Mexicana

Fundador de la Federación Mexicana de Esquí, debutó en la Copa del Mundo en Val d'Isère (Francia) en 1981, un año antes de disputar sus primeros Mundiales en Schladming (Austria). En Sarajevo-1984 disputó sus primeros Juegos Olímpicos, y hasta hoy no ha dejado de engrosar su número de presencias en los grandes eventos internacionales (19 Mundiales y seis JJOO, que pudieron ser alguno más de no ser por algunas desavenencias con el Comité Olímpico Mexicano, que le vetó en varias ocasiones).

Su nivel nunca dio para acercarse a las medallas, y este año, por ejemplo, se ha beneficiado de la política de la Federación Internacional de Esquí de reservar plazas para países sin tradición en los deportes de invierno, pero siempre fue un correcto esquiador, que en los Mundiales del 2015 alcanzó su techo con un digno 38 puesto en Bormio.

Emparentado con Tomba

Pero lo que realmente ayudó a Hubertus a no pasar desapercibido fue el carácter extrovertido de un miembro de la 'socialité' europea (estuvo afincado en Marbella). Emparentado con familia Agnelli, se casó hace dos años (tras 25 de noviazgo) con Simona Gandolfi, prima de Alberto Tomba. El mítico esquiador italiano no había empezado aún a sumar medallas mundiales y olímpicas cuando Hubertus ya estaba compitiendo. Ahora, con el italiano retirado hace la friolera de 23 años, el mexicano sigue dando guerra.

Y cuando no fue sobre los esquís, se hizo notar de otro modo. Amigo de Andy Warhol, Hubertus compitió con un mono de mariachi en Sochi 2014 y diseñó los uniformes de competición reducido equipo mexicano en los últimos Juegos de invierno de PyeongChang. En varias inauguraciones de Mundiales actuó como cantante y en los de Sestrière de 1997, cerca de Turín, disputó el descenso con la camiseta de la Juventus (su madre era sobrina de Gianni Agnelli), lo que le convirtió en el favorito del público. Las fotos en top-less que le tomó en los Juegos de Sochi a la esquiadora libanesa Jackie Chamoun (casada con el exfutbolista Christian Karembeu) también provocaron que las cámaras se girasen hacia él tras el revuelo causado en el país del Oriente Próximo.

El pasado jueves volvió a representar a México en el gigante de Cortina d'Ampezzo. Se quedó a 43 segundos del primer clasificado en la clasificatoria, pero pasó el corte. El viernes no pudo completar su manga, pero siguió sumando capítulos a su historia. "Demasiado difícil para un viejo Desperado. Pero demasiado joven para no volver a intentarlo", ha dejado escrito en las redes.