Los argentinos se preparan para ver el miércoles por televisión a sus compatriotas en el electrizante partido entre el Barcelona y el PSG. El día 23, muchos irán al estadio para ver juntos a Leo Messi, Javier Mascherano y Ángel DiMaría cuando vistan la camiseta celeste blanca frente a Chile en un partido clave por las eliminatorias de Rusia 2018. En lo que respecta a la devaluada Liga local, todavía no ha empezado por conflictos de diversa índole que van desde los salarios atrasados de los jugadores, la disputa por el dinero de los derechos televisivos y los efectos siempre latentes de la crisisterminal de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

El país que exporta jugadores de primer nivel y donde hablar de fútbol es una cuestión de primer orden no puede empezar su certamen. El presidente de Lanús, Nicolás Russo, garantizó que en las próximas horas la AFA depositará a los clubs de Primera División los 18 millones de euros que se cobraron por la rescisión del contrato de televisación de fútbol con el Estado. “Con o sin profesionales, el fútbol arranca si o si el próximo fin de semana”, dijo Russo.

Pero Sergio Marchi, el secretario general del sindicato de jugadores, advirtió que si el dinero no va directo a los bolsillos de los futbolistas prosigue la huelga en todas sus divisiones. La liga local está en el limbo aunque los equipos argentinos que participan de la Copa Libertadores de América se preparan para cumplir sus compromisos internacionales esta semana. La Liga se inyectará de dinero una vez que se defina la empresa que tendrá los derechos de televisión. Mientras eso no suceda, dijo el diario La Nación, “nadie sabe cómo seguirá la historia”.

HUELGA DE MAESTROS

La última gran huelga del fútbol argentino tuvo lugar en 1971. La AFA decidió entonces que la competición comenzase con jugadores juveniles. De esas circunstancias surgieron grandes figuras. Lo mismo ocurrió con otro conflicto en 1975. Pero lo que ocurre en estos momentos tiene aristas más problemáticas que provocan espanto y hasta burla de los comentaristas deportivos. “El Gobierno necesita urgente que la pelota vuelva a rodar, solamente falta que algunos cráneos por Twitter lancen la campaña#VoluntarioFutbolistaNoalParo", se mofó Mariano Murphy en Olé.

Las autoridades políticas bonaerenses han decidido enfrentar este lunes una huelga de 48 horas de los maestros en reclamos de mejoras salariales enviando “voluntarios” a las escuelas para reemplazar a los docentes. Si a la AFA se le ocurriera la misma idea, razonó el columnista, podrían participar de la maltrecha Liga los oficinistas, mecánicos, y todos los amantes del balompié barrial. “¿Acaso no hubo compatriotas tan pero tan bienintencionados que se postularon para reemplazar a los docentes en su lucha por mejoras salariales?”.

LA NORMALIDAD DE LA DESORGANIZACIÓN

“Acá tomamos la desorganización como algo normal”, se quejó el entrenador del River Plate, Marcelo Gallardo, cuya trayectoria como jugador se desarrolló en buena parte en Europa. Nadie sabe cómo resolver las sucesivas crisis. La AFA, dijo el diario Clarín, es “un polvorín y con el fútbol aún sin iniciar, las (luchas) internas recrudecen y salen a la vista de todos”.

La AFA es un campo de disputas entre los seguidores del presidenteMauricio Macri (cuya carrera política se inició manejando los intereses del Boca Juniors), el líder del sindicato de conductores de camiones, Hugo Moyano, capaz de paralizar el país, y el presentador estrella de la televisión, Marcelo Tinelli, dueño de una influencia corrosiva en un sector de la sociedad.

INCERTIDUMBRE SOBRE EL MUNDIAL 2018

Walter Vargas, uno de los comentaristas más lúcidos de Argentina, tampoco tuvo piedad para los actuales dirigentes de una AFA intervenida y siempre al filo de ser sancionada por la FIFA. “¡Ay!, qué bien estábamos cuando estábamos mal”, ironizó respecto de los años en los que la federación era manejada por Julio Grondona, el exvicepresidente de la FIFA que falleció pocos meses antes de que estallaran los escándalos de corrupción que terminaron con la era Blatter. “Así, no hay futuro. La cultura del papelón que día a día perfecciona la conducción del fútbol argentino ya no da ni para buscar un costado gracioso. Si tuvieran una pizca de decoro habrían abierto una amplia lista de postulantes a vivir en la isla de Lost (Perdidos)”.

En este contexto la selección sub-17 se quedó sin mundial. La sub-20 da pena aunque entró al Mundial de manera piadosa. En cuanto a los mayores, a pesar de tener a Messi, a Higuain, a Di María y Dybala, por ahora no se sabe si irá a Rusia. Si fracasara en el intento, la pesadilla sería completa.