El Huesca arrancó un punto de su enfrentamiento ante el Girona, en un partido donde el cuadro oscense pudo aprovechar la desorientación de los gerundenses, quienes decepcionaron ante su afición debido a las pocas actitudes que demostraron, sobre todo en la primera mitad. La pobre impresión que los locales dieron se fue incrementando conforme transcurrían los minutos, ya que el Girona empezó fuerte, pero fue incapaz de aguantar el ritmo. Durante la primera mitad, no obstante, la intensidad fue de menos a más, ante un Huesca que, sin jugar un gran encuentro, fue muy práctico y creó mucho peligro al contragolpe.

Así las cosas, la primera parte del encuentro dio pocas jugadas dignas de ser reseñadas, con un potencial ofensivo escaso y dos equipos a los que les costaba entrar en el juego. No es de extrañar que al descanso se llegase con el 0-0 inicial, ya que las oportunidades de gol de este periodo no tuvieron peligro real de cara a las porterías.

VIENEN LAS PRISAS Tras el descanso el partido se animó un poco, sobre todo después del gol de Adri, anotado en el minuto 55, y que algunos jugadores del Girona consideraron que había sido materializado en fuera de juego. Tras el tanto al Girona le vinieron las prisas, y su entrenador hizo una serie de cambios, dispuesto a potenciar el aspecto ofensivo del equipo. Los catalanes dispusieron su línea delantera con cuatro hombres, Postigo, Iván Pérez, Ernesto y Raúl Caballero, que llegaron con mayor facilidad al área del Huesca. De esta forma, y tras un rechace, el local Víctor Morales logró el empate en el marcador. Seguidamente los locales siguieron atacando en busca de la victoria, pero eso casi les cuesta un disgustro, pues el Huesca aprovechó los huecos del equipo local para salir con peligrosos contragolpes. Hugo, en los últimos instantes del partido, falló una ocasión cuando desde la grada ya se cantaba el gol.