Este viernes a partir de las 19.30 horas el balón volverá a rodar de nuevo en un partido de Segunda División. En el campo de La Rosaleda, Málaga y Huesca serán los primeros (junto con otros dos duelos) en abrir fuego en la 32ª jornada después de tres meses de parón competitivo. A falta de once jornadas por disputarse, todavía quedan cosas por decir y muchos puntos en juego que pueden modificar sustancialmente la clasificación. Sin público pero con todos disponibles para Míchel, los altoaragoneses intentarán traerse los tres primeros puntos para casa.

Será el primer partido en el que el Huesca podrá meter presión a los rivales que están por delante. Los oscenses tienen 50 puntos, los mismos que el Almería, y una desventaja de cinco con el Real Zaragoza y de seis con el Cádiz, que ocupan los puestos de ascenso directo en estos momentos. En el once no hay pistas, pero jugadores como Álvaro Fernández, Pulido, Mosquera, Mikel Rico y Okazaki tienen el sitio asegurado. En el resto hay muchas opciones y variantes, a las que se suma Doukouré, como gran fichaje para esta recta final de Liga.

La expedición azulgrana partió en avión rumbo a Málaga en la tarde de ayer y el técnico oscense se ha llevado a tierras andaluzas a 24 jugadores. Un mes después de iniciar los entrenamientos en el IES Pirámide, la plantilla se ha preparado a conciencia acercarse lo máximo posible al ritmo competitivo que alcanzó antes de la crisis sanitaria.

Hasta el obligado parón, el conjunto oscense se había mostrado casi imbatible en El Alcoraz y muy frágil a domicilio, algo que le había impedido frecuentar las dos primeras plazas. Eos sí, le ha bastado para asentarse durante toda la temporada en el playoff. Por su parte, el equipo malacitano llega con muchos problemas. A los económicos se une la plaga de lesionados que sufre la plantilla del Málaga, por lo que Sergio Pellicer está obligado a echar mano de la cantera. De hecho, el club andaluz ha pedido a la RFEF la posibilidad de poder contar en el campo con más de cuatro jugadores con ficha del equipo filial. Los andaluces, con 38 puntos, tienen un margen de una sola victoria con el Deportivo que es quién marca la salvación.

De manera progresiva, Míchel ha podido aumentar la carga física y táctica durante las últimas semanas finalizando esta última con pruebas en El Alcoraz para adaptarse a las circunstancias de los próximos partidos. El ambiente será otro de los condicionantes a tener en cuenta, en el que se podrá apreciar que no será un partido normal. Al ya mencionado silencio del público se le unen las altas temperaturas, los consecuentes parones de hidratación o los cinco cambios.

Con todo ello, el objetivo con el que arrancó el equipo la temporada, y que se ha visto frustrado durante los últimos tres meses, sigue intacto. El conjunto altoaragonés necesita sumar de tres en tres y que los de arriba no lo hagan para llegar al ascenso. Les espera un camino difícil a los de Míchel pero no imposible teniendo en cuenta las circunstancias y la posibilidad de resultados inesperados. En Málaga, el Huesca va a poner la primera piedra.

MÍCHEL, CONFIADO // Míchel Sánchez entrenador de la Sociedad Deportiva Huesca, señaló que para el partido de la vuelta a la competición contra el Málaga, que se disputa hoy en terreno andaluz, sus jugadores deberán poner todo en el campo para llevarse el partido. «La motivación es muy alta y tenemos que elevar el nivel de exigencia porque jugar sin público te puede llevar a fallar en la concentración. Van a ser condiciones especiales y la capacidad de atención en el juego tiene que ser muy fuerte», advirtió el técnico madrileño del conjunto altoaragonés.

Michel se mostró satisfecho con el trabajo que han hecho sus jugadores durante la nueva pretemporada y apuntó que dentro de la nueva normalidad que se vive el Huesca ha sabido adaptarse: «Sobre todo al inicio, con sesiones reducidas y con los jugadores después de dos meses sin tocar el campo, pero la adaptación ha sido muy buena. Vamos a llegar en un buen momento dentro de las dificultades y el desconocimiento de cómo va a ser la competición», valoró.

El técnico cree que hubiera sido mejor haber tenido «un poco más de tiempo» antes de volver a competir pero que, aun así, está «muy contento» con el trabajo diario y por cómo se han respondido los jugadores. «El equipo está en buenas condiciones para competir en las once finales que nos esperan», apostilló.

Ante la posibilidad de realizar cinco cambios, el técnico madrileño subrayó que, «una plantilla competitiva siempre va a salir beneficiada y el Huesca la tiene, aunque hay mucha igualdad y muchos equipos que pueden ser candidatos al ascenso». Por ello, «hay que ser muy cautos, pensar que ahora mismo estamos en ese grupo que puede luchar por todo y solo me considero favorito a poder estar en ese grupo de aspirantes», concluyó el madrileño.