El Huesca no consiguió vencer ayer al Albacete en su primera final de la temporada (0-0). Los futbolistas azulgranas debían vencer para recuperar su condición de equipo que opte al ascenso directo, pero la falta de gol que padecen en estas últimas jornadas está lastrando su camino hacia Primera.

Únicamente un tanto en los últimos cinco encuentros. El balance goleador del Huesca en este tramo final está siendo muy pobre de cara a su objetivo de asaltar el ascenso directo. Tampoco hay rastro de aquel juego audaz, eléctrico y atractivo que les llevó a los aragoneses a lo más alto. Ayer, el Huesca no consiguió enseñar los dientes a un Albacete que volvió a mostrar su efectivo sistema defensivo.

El partido fue movido, con algunas fases impregnadas por un ritmo alto. Una cita que pudo haber terminado con goles si los atacantes de cada equipo hubieran estado afinados. El Huesca saltó con novedades en el once titular: Rulo suplió la baja del lesionado Brezancic y el centro del campo varió con las entradas de Moi y Ferreiro, por lo que Sastre y Vadillo empezaron el encuentro desde el banquillo.

Los pupilos de Rubi no consiguieron tomar el mando del encuentro. De hecho, el Albacete supo imponerse en algunas fases con ataques peligrosos que merodeaban la meta de Remiro. Los aragoneses tenían claro su estilo, pero parecía que el fuelle no llegaba para poner en práctica aquello que hace unos meses daba tan buen resultado. Entre idas y venidas, El Alcoraz se puso en pie en el minuto 18 para homenajear al jugador del Albacete Pelayo Novo, que está ingresado en Zaragoza.

La segunda mitad no varió un ápice del argumento mostrado durante el primer tramo. El Albacete sabía que podía asestar una fuerte dentellada en El Alcoraz y el Huesca, cargado de dudas, no encontraba su identidad entre tímidas llegadas a la meta visitante. Los de Enrique Martín estuvieron cerca de cantar gol en el ecuador del segundo acto con un disparo de Roman Zozulia que se marchó lamiendo el poste. Fueron momentos donde el cuadro manchego contó con aproximaciones peligrosas, pero les faltó pólvora.

PEORES SENSACIONES

El partido concluyó con el mismo marcador, pero dejó al Huesca con peores sensaciones de las que tenía. No se consiguió vencer cuando solo valía el triunfo. Aquel buen encuentro en El Carranza pareció ser un islote entre la mala dinámica del conjunto aragonés, que acumula ocho partidos consecutivos sin conocer el triunfo y ahora llega el lunes el Barça B a El Alcoraz. La última vez que la escuadra oscense conoció el sabor de la victoria fue frente a la Cultural, hace dos meses.

Pese a la imagen gris de ayer, el Huesca sigue a tan solo dos puntos de los puestos de ascenso directo. El Huesca es tercero, conocedor de que depende de sí mismo para amarrar el sueño que moviliza a toda la ciudad del Altoaragón. Tan solo quedan ocho partidos para que llegue el final de Liga. Rubi tiene suficiente margen para reconducir el vuelo de un equipo que parece falto de combustible.