La derrota o incluso el empate mañana ante el Tenerife pondrían punto final a la etapa de Imanol Idiakez al frente del Real Zaragoza, pero el técnico afirmó ayer que por su cabeza solo pasa la preparación del duelo y sumar tres puntos que acaben con la crisis. «¿Si me siento sentenciado o peligra mi puesto? No pienso en eso, sino en ganar al Tenerife. Y como pienso que lo voy a hacer, no quiero pensamientos negativos en mi cabeza», sentenció el donostiarra, que no aclaró si el club ya le ha trasladado ese ultimátum. Admite haber mantenido conversaciones con representantes de la entidad, pero únicamente centradas, afirma, en el encuentro de mañana. «Con el club hemos comentado el partido del domingo y sabemos todos la importancia que tiene. Necesitamos ganar para que esta ola que va hacia abajo se acabe de una vez. Estamos intentando ayudar entre todos para conseguir la victoria», dijo.

El preparador avisa de que no es la primera vez que una soga aprieta su cuello y advierte que ya se libró de ella en otras ocasiones. Eso sí, nunca en Segunda ni en el Zaragoza. «No es la primera vez que un equipo que entreno atraviesa una mala racha y siempre me he mantenido de pie. De hecho, en la mayoría de ocasiones conseguí dar la vuelta a la situación», por lo que confía en que una victoria frente al Tenerife lo cambie todo. «Tres puntos cambiarían la visión de todo lo que está pasando y daría confianza a todos. Está en nuestra mano y tenemos los cinco sentidos puestos en ello», subrayó.

DE RIESGO

Así que el entrenador blanquillo, a pesar de que podría dejar de serlo en horas, no pierde la esperanza. «Tengo mucha ilusión en darle la vuelta a la situación para que la gente que no está contenta conmigo, en unos meses piense que soy el entrenador idóneo para el Real Zaragoza», pero asume que «los entrenadores tenemos una profesión de riesgo, nos jugamos la vida cada siete días. Se cree muy poco en las cosas y en los proyectos y somos conscientes de que cada semana nos jugamos el puesto».

Idiakez asegura estar «contento con mi trabajo» y centra sus esfuerzos en transmitir a los jugadores «la confianza que tengo en ellos». Por eso, la mayor carga en los días previos al partido se ha destinado al trabajo psicológico con la plantilla. «Es lo más importante en el fútbol porque en las dinámicas, todo el poder está en la cabeza» e insistió en los «buenos ratos» de fútbol que ofrece el equipo. «Por eso es una pena que nos penalicen tanto los pequeños detalles» y apeló a depositar «toda la carne en el asador» para corregir esos apartados, siempre cuidando el factor anímico. «Sabemos que estamos en un gran club, lo que conlleva una gran presión, y tenemos que saber jugar con eso. Cuando uno viene a Zaragoza sabe lo que significa esta entidad».

CON PAPU

El preparador zaragocista, que ya pudo contar en la sesión preparatoria de ayer con Papunashvili, lo que le otorga opciones de jugar mañana, recurrió de nuevo a su ilusión por modificar la negativa dinámica actual con seis partidos seguidos -cinco en Liga y uno en Copa- sin conocer la victoria. «Tengo muchas ganas de darle la vuelta a esto y a la «negatividad existente» con una victoria ante el Tenerife. «Estamos buscando la clave de cara a poder hacerles daño. Si mantienen la tónica que ha impuesto Oltra están jugando con tres centrales aunque también se encuentran en una situación delicada. Nosotros debemos ser mucho más efectivos en las áreas».

Idiakez cree, pero el club ya tabaja en posibles sustitutos en caso de que el vasco no supere el ultimátum. El mejor colocado sería Pep Martí, exentrenador del Tenerife, con el que rozó el ascenso hace dos temporadas, cuando llegó a la eliminatoria final del playoff y cayó con el Getafe. El balear, de 43 años cuya carrera como entrenador comenzó en el 2015, es el que más gusta al director deportivo Lalo Arantegui, que ya tenía en la recámara a Martí, en caso de que Idiakez no hubiera aceptado la propuesta en verano.

El mercado ofrece otras opciones como Lucas Alcaraz, Juan Ignacio Martínez, Enrique Martín, otras menos probables como Víctor Sánchez, Abel y otras con un mayor coste económico como Pepe Mel o Fran Escribá, que tiene al exzaragocista Generelo como segundo, que parecen esperar un banquillo de Primera.