Nada pudo hacer el Oliver ante un Real Zaragoza que se mostró muy superior en todos los aspectos. Rafa Hidalgo, que hace muy pocas jornadas se hizo con las riendas del Oliver, no encontró la táctica adecuada para afrontar el encuentro, y pasada la media hora de juego trató de revolucionar a su equipo con tres cambios simultáneos, pero no logró su objetivo. Logró que su equipo se mostrara más combativo en el último tercio de la primera parte, pero ni siquiera se acercó a la portería de Dorronsoro de otra manera que no fuera colgando balones. Al menos, la salida al campo de Aquillué obligó a un mayor trabajo a la zaga blanquilla, que se vio mermada con la expulsión de Naya.

En los primeros compases del partido el Oliver peleó con ganas, evitando que el Zaragoza moviera el balón con comodidad. Los jugadores de ambos equipos parecieron no estar muy entonados, pues tras un disparo ajustado del zaragocista Bugui, los siguientes remates intentandos en una y otra área eran al aire. Bugui, el más incisivo en el ataque local, se sacó de la chistera otro disparo en una jugada que parecía sin peligro, pero el balón salió excesivamente cruzado. Poco después, el Oliver dispuso de la última ocasión en este periodo, en una falta al borde del área, pero ni siquiera en esta ocasión el balón fue entre los tres palos.

SE ABRE LA BRECHA El Zaragoza fue haciéndose paulatinamente con el control del centro del campo, y el Oliver se fue replegando poco a poco en su campo, quedándose ahí encerrado sin econtrar salidas. En el minuto 26, Bugui realizó un buen control en el punto de penalti azulgrana, y, sin dejar caer el balón al suelo, realizó un disparo ante el que nada pudo hacer Platero. En la jugada siguiente, en una falta sacada desde la banda la izquierda zaragocista, el balón iba mansamente a las manos de Platero, pero éste no pudo hacerse con el esférico, que se quedó muerto en el área, y el más rápido en reaccionar fue Sánchez, que empujó el balón al fondo de las mallas visitantes.

El Oliver, tras encajar dos goles en un minuto, se encontraba perdido sobre el terreno de juego. Hacía mucho que los azulgrana no salían de su campo con el balón controlado, y Rafa Hidalgo trató de cambiar el rumbo del partido realizando un triple cambio. La entrada en el campo de Aquillué, Magallón y Robert provocó un cambio en la actitud de los visitantes, pero sólo en la actitud. Los azulgrana adelantaron líneas para presionar, pero el balón seguía siendo de los locales, que aún pudieron irse con más ventaja a los vestuarios cuando llegó el descanso.

SENTENCIA En los primeros siete minutos de la segunda parte el partido quedó resuelto. El Oliver adelantó la defensa para no quedarse encerrado en su parcela, como había pasado en la primera parte, pero dos jugadas muy similares, ambas por la banda izquierda, dejaron el encuentro visto para sentencia. Primero fue Bugui el que entro sólo, y su pase de la muerte, que buscaba a Vicente, fue introducido por Esteras en su propia portería. Luego fue Abadías el que rompió el fuera de juego, dándole el balón a Bugui para que éste marcara a placer.

A falta de más de media hora para la conclusión, Sebas cogió la espalda de la defensa blanquilla y fue derribado por Naya, lo que provocó la expulsión del defensa zaragocista. A raíz de ese instante el encuentro se niveló, sin que el Oliver, jugando con uno más, fuera capaz de dominar. En un contragolpe Aquillué se plantó sólo ante Dorronsoro, y con un disparo cruzado marcó el tanto del honor visitante. El Oliver tuvo alguna ocasión más, pero al jugar con la defensa muy adelantada, dejó muchos espacios, y en dos ocasiones que el Zaragoza rompió el fuera de juego en el centro del campo se completó la goleada. Zapater se regateó al portero y marcó a puerta vacía, mientras que Rubio prefirío realizar una vaselina.