Serán De Gea y 10 más ante Irán. Pero España, más allá de ese problema que le ha salido en la portería, ha perdido algo que le hizo sentirse poco menos que invencible. Su estructura defensiva, esa que le hizo pasearse hace ocho años por Sudáfrica antes de coserse la estrella en el pecho gracias a que solo encajó dos goles en siete partidos. Esa misma fiabilidad que ha demostrado en la fase de clasificación recibiendo tres tantos en 10 partidos. Pero todo se desmoronó en Sochi cuando Cristiano sometió a una tortura a De Gea y, de paso, a toda la defensa de España, que empezó atrás el Mundial de mala manera. Igual que en Brasil-2014 hace cuatro años.

Hierro, como defensa (y de los grandes) que fue, no olvida ese asunto. Es una de sus principales preocupaciones porque ha detectado que la selección ha perdido en los últimos partidos uno de sus grandes tesoros: defenderse con el balón, el antídoto perfecto para mantener el equilibrio. Los tres goles de Portugal (un penalti, un error gravísimo de De Gea y una falta soberbia) llevaron la firma de Cristiano, quien desgarró a España. Concede poco (tres disparos a puerta) y sufre una condena perfecta (tres tantos). Demasiado daño.

El foco está en el portero, pero, en realidad, se amplía a todo el equipo porque ha ido perdiendo los pilares que sostenían su fiabilidad. Hasta Iniesta, cuestionado sobre el asunto, horas antes del «peligroso segundo partido ante Irán», según confesó Hierro, tenía un plan. No es solo cuestión de nombres porque España tiene, tal vez, a la mejor pareja de centrales (Piqué-Ramos), junto al lateral derecho campeón de Europa (Carvajal, ya recuperado de su lesión mucular en la final de Kiev) y al mejor socio que ha tenido Messi en la banda izquierda: Jordi Alba, que galopa de punta a punta.

«SABER DóNDE PRESIONAR» / «La defensa es un trabajo de todos. Hay que saber encontrar el equilibrio, saber dónde presionar, saber dónde defender…», dijo el excapitán azulgrana. «A nivel individual tenemos a los mejores jugadores defensivos del mundo», admitió Iniesta, insistiendo, eso sí, en la necesidad de que sea «un trabajo de equipo». Irán no tiene, por supuesto, la fortaleza ofensiva de Portugal ni a un jugador iluminado y mágico como resultó ser Cristiano Ronaldo en Sochi. Pero, en cambio, posee la libreta de Queiroz, el técnico que contrató Florentino en el 2003 para el Madrid, cansado del antiguo Del Bosque, a quien echó de malos modos llevándose por delante precisamente a Hierro.

«Irán es un equipo que encaja poco goles», comenzó anunciando el seleccionador español, quien redobló su apuesta por De Gea en la portería («juega él, tengo gran confianza, es uno de los tres mejores del mundo», pregonó), aguardando que su equipo haya aprendido la lección.

«Irán ha marcado 37 goles en 19 partidos y el 40% han sido en acciones a balón parado», anunció el técnico español en un mensaje que no solo ha difundido públicamente sino también en el interior del vestuario. Avisados quedan todos sobre los córners, las faltas laterales y hasta los saques de banda después de que Hierro («es la persona perfecta para unir a una fracturada España», confesó Queiroz) se haya estudiado noche tras noche los vídeos iranís, sin tiempo apenas para conciliar el sueño.

Siguiendo la filosofía cruyffista, la solución es sencilla. Si Irán marca casi el 50% de sus goles a balón parado, mejor no conceder ninguna acción de estrategia. La lección está dada, pero falta saber si España, que viene de encajar ocho goles en sus primeros partidos de los dos últimos Mundiales (cinco de Holanda y tres de Portugal), la ha aprendido. Ahora, además, Hierro recupera a Carvajal, superada la lesión muscular que padeció con el Madrid en la final de Champions. Especialistas tiene, pero necesita hallar el equilibrio.

Se trata, al cabo, de ganar, de olvidar el Mundial pasado, de borrar la imagen de esa España zarandeada por la Holanda de Van Gaal (1-5). Entonces, Casillas recogió cinco veces el balón de su red; De Gea lo hizo tres veces el primer. Aun así, contra Irán estará el guardameta del Manchester United y diez más.