Sería un poco atrevido afirmar que Sam Bennett, ciclista irlandés del conjunto Bora, el que acostumbra a liderar el ausente Peter Sagan, campeón del mundo, ha ganado este jueves al esprint. Porque lo suyo, más que nada, fue un ataque en seco, con el que sorprendió a todos a falta solo de 100 metros para la línea de la llegada de esta 12ª etapa del Giro que estaba instalada en un enclave más propio de la gasolina como es el circuito automovilístico de Imola, tantas veces testimonio de las victorias de Ferrari.

Bennett obsequió a su escuadra con la segunda victoria de etapa, en un día marcado por la fuerte lluvia, en el que se rodó a más de 44 kilómetros por hora, pero que, pese a la alta velocidad, simplemente fue una etapa de transición, de rapidísimo entrenamiento en competición, con la mirada ya puesta en la cima del Zoncolan, este sábado, porque tampoco la etapa del viernes se presenta por el recorrido con los suficientes alicientes para que ocurra gran cosa. No hubo cambios en una general que sigue dominando Simon Yates.