En las montañas de los Apeninos ya conocen muy bien a Dani Osanz. El año pasado arrasó y se llevó la triple corona en el Campeonato del Mundo de carreras de montaña en la categoría junior. Se llevó el oro del kilómetro vertical, en la carrera en línea y en la combinada. Este año ha pasado a la categoría sub-23 promesa, donde ha repetido el triunfo en el KV y en la combinada, siendo segundo en la skyrace. Por todo esto allí ya le empiezan a conocer como la bestia de los Apeninos. Está cadena de 1.400 metros que recorre de norte a sur la bota italiana y que tiene su techo en el Gran Sasso d’Italia con sus 2.910 metros es el jardín de Dani Osanz. «Son unas montañas muy bonitas llenas de praderas y me recuerdan mucho a los Pirineos», dice este tallo de deportista jacetano que tiene 21 años y pertenece al equipo Adidas.

Osanz lo tenía muy complicado para repetir lo del año pasado. «Mi objetivo era conseguir medallas, aunque era complicado conseguir tres oros puesto que cambiaba de categoría. Pero estoy súper contento puesto que en la carrera el línea estuve hasta dos kilómetros de meta luchando por el oro. Lo di todo y luché hasta el final», indica.

Ambos recorridos eran los mismos que el año pasado. El kilómetro vertical tenía 3.500 metros de longitud y mil de desnivel positivo. «Era un perfil muy constante con tres palas de hierba muy duras y entre medio varios descensos. Estábamos un total de 300 participantes con 60 promesas y había un intervalo de 15 segundos entre corredor y corredor. Salí el penúltimo. Me pilló Yamada, pero después le remonté y le abrí diferencia». Con 34.52 Osanz batió el récord de la subida y dejó al nipón en 37.06, siendo el tercero el suizo Roberto Delorenzi con 38.15. «Es un tiempazo y bajé el récord en más de un minuto», reconoce Osanz, que tiene una manera muy particular de ascender. «Fui desde el inicio hasta el final corriendo y sin bastones. Me llegaría a poner más alto de las 200 pulsaciones y el promedio fue de 190. Había algún compañero cadete que se llegó a poner en 240 pulsaciones», reconoce Osanz.

Dos días más tarde se llevó la plata de la skyrace o carrera en línea. «Era la misma que el año pasado con 22.600 metros de longitud y 2.300 de desnivel positivo. La primera parte era el kilómetro vertical del viernes, se seguía subiendo y a continuación comenzaba la bajada. Después llegaba una segunda ascensión técnica y tras la bajada estaba la meta». Osanz luchó hasta el final por el oro, aunque tuvo que conformarse con la plata. «Roberto Delorenzi se escapó desde el comienzo y yo iba con un grupo de tres. Enlacé con él a mitad de la segunda subida, ataqué y me fui, pero me pilló a tres kilómetros de meta. Se fue bajando, intenté aguantar, pero se me escapó. Pero bajé mi tiempo en tres minutos», explica el campeón.

EL FUTURO

Osanz formó parte de un equipo español con 25 personas, de las que 18 eran atletas, entre ellos otra aragonesa promesa, la zaragozana Yaiza Miñana. Ayer por la noche fue recibido en la estación de Delicias por toda su familia. Al día siguiente tenía pensado subir a Jaca para pasar cuatro días de descanso. «Quería descansar una semana, pero el fin de semana comienza en Oviedo una concentración de cara al Campeonato de Europa absoluto». Todavía le quedan competiciones importantes esta temporada al atleta preparado por Jesús Romero.

«A finales de agosto compito en la distancia de 15 kilómetros y 1.000 metros positivos en la Ultra Trail del Mont Blanc y la semana siguiente disputo el Campeonato de Europa absoluto en Bérgamo, donde correré el kilómetro vertical y el skyrace. También me quedan dos pruebas de la Copa del Mundo de kilómetro vertical donde voy el segundo tras el francés Camille Caparrós. El 21 de septiembre es en Suiza y el final el 28 de septiembre en Grenoble». Y después llegará el merecido descanso de este crack de la montaña. «Estoy muy contento de mi primer año absoluto en la que he ganado la Transvulcania. En el Pilar habré acabado la competición. Este año he competido más, pero no estoy cansado, el cuerpo me responde bastante bien porque he entrenado menos y he descansado más a principio de temporada», reconoce el altoaragonés.