Jason Thompson apunta bien alto. En su presentación oficial como jugador del Casademont Zaragoza, el pívot se mostró muy ambicioso, sin ningún tipo de temor o respeto a afrontar su primera experiencia en España y la segunda en Europa tras un brillante periplo en la NBA y en China, con muchas ganas de aportar «mi granito de arena» desde el primer minuto y, sobre todo, llega con hambre de títulos. Sin miedo y a por todas. El pívot quiere vencer o la Liga Endesa o la Champions y, por si fuera poco, confía en ser uno de los jugadores «con más impacto» de la competición. El tiempo dirá, pero de primeras suena a que serán unos meses divertidos con Thompson.

El de Nueva Jersey reconoció que está «muy contento de estar en este club y muy ilusionado ante esta oportunidad» antes de entrar más en materia: «He visto el éxito del equipo hasta ahora en Liga y Champions y estoy aquí para continuar con ello, llegar al playoff y ojalá logremos un campeonato», aseguró antes de resaltar que, en la competición europea, quiere «ayudar al equipo a ir pasando cada ronda y llegar al objetivo de la Final Four de la Champions».

En el plano individual, Thompson no se corta las alas y también tira de ambición. Por su experiencia en Ligas de máxima exigencia y nivel considera que puede ser uno de los jugadores de mayor peso en ambas competiciones, si bien también confesó que necesita algo de tiempo para asimilar el estilo de juego y los sistemas en ambos lados de la pista. «He jugado partidos muy importantes y puedo aportar en defensa y en ataque. La situación no es la ideal por la falta de tiempo para aprender los sistemas, pero voy a intentar hacerlo lo mejor posible para tener un gran impacto en la competición y en el equipo», dijo.

Listo para debutar

En cuanto a sus características, el americano desea «aportar mi experiencia y ayudar a controlar la pintura en defensa y en ataque». Además, también le gusta «correr la pista y rebotear», algo que puede hacer como pívot o como ‘4’, si bien ha llegado para ejercer de ‘5’ en lugar de Justiz. «No me pongo límites, cuando era pequeño jugaba en ambos puestos. Si tengo defensores más grandes y lentos trataré de sacar ventaja con el dribling y el bote y, si es al revés, con la estatura y el físico», subrayó.

Su forma de jugar, sobre el papel, le viene como anillo al dedo al Casademont Zaragoza y a Fisac por su capacidad atlética y física, intimidación, velocidad en las transiciones y rebotes, unas características que se complementan bien con las de Hlinason y Fran Vázquez, los otros pívots del equipo aragonés sanos, ya que el americano llega en sustitución de Javier Justiz, que no podrá jugar en lo que resta de temporada tras ser intervenido quirqúrgicamente de la rodilla.

Esa baja creó una necesidad de fichar en el equipo zaragozano que ya se ha subsanado. Por ello, en cuanto a su debut, el propio Thompson apunta al encuentro de este sábado ante el Estudiantes a pesar de ser un recién llegado: «Me siento bien. Los entrenadores y compañeros me han ayudado en estos primeros días a aprender los sistemas ofensivos y defensivos. Sé que hay que mantenerse en forma y he estado parado un tiempo desde mi último partido en China, pero estoy en forma. Va a ser llegar y jugar, pero espero aportar al equipo lo máximo posible», resaltó el interior norteamericano.

Además, a esa adaptación, aparte del «recibimiento del grupo, que ha ayudado en todo momento», también han influido dos factores. El primero, su hermano Ryan, que acumula diez años de experiencia en Europa (de hecho jugó con el Brose en el Príncipe Felipe en la Eurocup) y que le ha ayudado «a entender el baloncesto europeo» y, por otra parte, el propio pívot ha visto vídeos del Casademont «para ver cómo puedo encajar y ayudar lo máximo posible». Y de paso, levantar algún título.