Le habría costado menos salir de un laberinto que hablar en público, expresar sus sentimientos. Porque Jesús Herrada es un ciclista de los que normalmente pedalea en silencio, de los que van dándole a la cabeza mientras mata la monotonía de kilómetros en pelotón. Por dentro, sin embargo, le embargaba la emoción. Era el día de su hazaña, de un hito al que no estaba acostumbrado. Un señor de Cuenca es desde ayer el líder de la Vuelta. Un conquense, y casi hay que ponerse en pie al escribir su nombre, no lideraba esta carrera desde que lo hizo Luis Ocaña en 1970.

Herrada tenía tres años cuando Ocaña se pegó un tiro. Ni siquiera tiene recuerdos de las gestas de Miguel Induráin. Hasta el año pasado era uno de los gregarios de confianza de Alejandro Valverde y de Nairo Quintana. Fue un joven valor de Mota del Cuervo, pueblo manchego, de los de molinos al viento, que descubrió Eusebio Unzué. Bueno en el llano, correcto contrarrelojista y aceptable escalador, tenía que entregarse en cuerpo y alma para los líderes del Movistar. Pero en el 2017 recibió una llamada. El conjunto Cofidis buscaba un líder para complementar a Nacer Bouhanni. Quería tener a alguien en sus filas que pudiera luchar por algo más que el triunfo en un esprint masivo. Jesús aceptó la oferta y se llevó a su hermano mayor, José, que como él también corría en el Movistar.

Parecía que ni se atrevía a mirar la prenda que ahora deberá defender con 3.22 minutos de ventaja sobre Simon Yates y un segundo más con Valverde. «Hasta donde pueda». Ni él lo sabe. Pero ya ha conseguido lo que ningún corredor había logrado desde que el equipo Cofidis formó una escuadra ciclista en 1997. Ellos son los decanos del pelotón manteniendo una misma marca. Pero nunca, hasta ahora, habían conseguido que uno de los suyos se vistiera con el jersey de líder en una carrera de tres semanas.

Era el 22 de la general a 5 minutos de Yates. Era un tiempo magnífico para colarse en una escapada. ¿Por qué no podía vestirse de líder? Hasta 11 minutos de renta gozaron los 18 corredores que se liberaron del pelotón, entre ellos Nibali y el francés Geniez, vencedor en Estaca de Bares antes de los tres días grandes de carrera: La Camperona, Les Praedes y la gran cita del domingo con los Lagos de Covadonga.