Joan Jané ha salido por la puerta de atrás de la Federación Española de Natación, después de protagonizar la mejor época del waterpolo español en sus 11 años como seleccionador, con dos títulos mundiales y un título olímpico, entre otros logros. La llegada del valenciano Juan Koninckx a la presidencia, en sustitución de Rafael Blanco, tras las recientes elecciones, ha traído el relevo técnico, aunque los dirigentes aseguran que también ha pesado en el cambio la trayectoria del equipo por el quinto puesto en el Mundial de Barcelona-2003 y por la sexta plaza en los pasados Juegos de Atenas. Rafael Aguilar, técnico de la selección júnior estos últimos cinco años, será el encargado de asumir el cambio.

--¿Le ha sorprendido la decisión de la Federación?--Más que sorprendido, me siento triste. Ha sido una decepción, porque después de las elecciones y el cambio de presidente, noté un silencio muy sospechoso, cuando en anteriores ocasiones a los dos o tres días, ya hablaban de renovación.

--Más que de la decisión, usted se ha quejado en sus declaraciones de las formas. Del trato recibido.--Es verdad. Duele mucho que te traten como un mueble viejo. Que te dejen arrinconado sin más, cuando yo lo único que he intentado mientras he permanecido en el cargo es hacerlo lo mejor posible.

--¿Qué explicación le han dado?--La versión que me han dado es que se ha acabado una etapa y un ciclo en este deporte y que quieren iniciar una nueva, porque el waterpolo está más que vivo que nunca, con gente joven que está apareciendo, y nos encontramos ante un ciclo esperanzador. Eso es lo que dicen ellos, esperemos que sea así.

--¿No comparte esa opinión?--Digamos que discrepo.

--Parece dolido.--Estoy muy tocado, decepcionado, porque hasta ahora la colaboración que había mantenido con la Federación española y con Rafael Blanco siempre había sido de lealtad.

--Sus resultados no se han tenido muy en cuenta.--Creo que no se han valorado ni los resultados ni tampoco la paz social que conseguimos con los clubs, que es una de los objetivos que siempre busqué mientras estuve en el cargo. Pero eso es algo que me gustaría que le preguntárais a los responsables de la Federación. Personalmente, me siento muy satisfecho de la renovación que se ha emprendido en estos últimos cuatro años, a pesar de que en este tiempo, mucha gente la veía difícil por la marcha de jugadores de mucho peso como Estiarte, Txiqui Sans o Toto García.

--¿Ha influido en su salida la opinión de los jugadores?--Mi relación con los jugadores siempre ha sido buena, aunque pueden haber existido algunos roces normales. Es el lógico peaje del trabajo.

--¿Tiene ganas de continuar?--Estoy en el waterpolo desde hace más de 30 años, desde que empecé como jugador. Es mi vida. Es lo que me gusta. Y este golpe no me va a alejar del waterpolo. Espero que algún club o alguna federación cuente conmigo para su proyecto. Yo cada día me voy a dormir con la conciencia tranquila por el trabajo que he hecho.

--¿Se siente orgulloso de lo conseguido?--Si mi ángel de la guarda me hubiera dicho todo lo que íbamos a conseguir en estos años, desde que entré en enero de 1994, me lo hubiera tomado a broma, sobre todo porque hemos peleado con países como Croacia, Italia, Hungría o Rusia con un potencial y unos recursos muy superiores a los nuestros. La gente decía que teníamos un equipo sensacional, y es verdad, pero a nivel de clubs tampoco se ha conseguido nada en este tiempo. Así que supongo que yo también he debido hacer algo.

--Usted ha llegado a apuntar en unas recientes declaraciones que se plantea incluso irse a China. ¿Valora esta opción?--Es una posibilidad. Sería coger la selección para preparar un proyecto atractivo y potente para los Juegos Olímpicos del 2008. Han existido contactos a través de la Federación Internacional. Sé que están estudiando el tema. Pero igual que mi currículum deben tener siete u ocho. Veremos qué pasa, porque además del tema deportivo, habrá que estudiar también las condiciones económicas.