Zaragoza Los restos de Joaquín Murillo, el segundo máximo goleador en la historia del Real Zaragoza, con 113 goles en 176 partidos oficiales disputados, fueron incinerados ayer en el Cementerio de Torrero tras celebrarse un emotivo funeral en su memoria. Murillo, nacido en Barcelona pero descendiente de aragoneses de Barbastro, falleció en la madrugada del sábado a la edad de 76 años. En la imagen aparece Eduardo Bandrés, presidente de la entidad zaragocista, saludando a uno de los hijos del exdelantero del Zaragoza. Bandrés se encuentra también acompañado por el consejero de la sociedad José Luis Melero.