--Por fin ya en el Zaragoza.--Estoy muy feliz, porque era lo que quería, aunque se ha producido después de una negociación muy larga y aburrida para todas las partes. Pedí mi salida del Atlético hace un mes y entonces empezó todo, con muchos tiras y aflojas y demasiada espera, pero lo importante es que ya acabó todo y estoy aquí.

--El club ha apostado muy fuerte por usted. Se le ha calificado de imprescindible en este proyecto. ¿Supone más responsabilidad?--Eso es de valorar y siempre lo he hecho. Por eso, entre otras cosas, tenía muy claro dónde quería ir. En el Zaragoza recibí muestras de cariño muy importantes, tanto del club como de la afición. Como cualquier profesional, sé que puedo rendir al máximo donde me sienta bien y por eso me decidí por firmar un contrato tan largo, porque mi apuesta por este equipo también es muy fuerte.

--La afición zaragocista le ofreció todo su cariño y se convirtió en un ídolo. ¿Teme que este culebrón de su fichaje haya resquebrajado ese afecto?--Espero seguir contando con el cariño y no tengo ese temor, en absoluto. De todas formas, esto se verá a final de temporada, yo lo que quiero es demostrar que la apuesta del club en mi fútbol es acertada. El resto vendrá solo.

--Lo que es evidente es que usted ha sufrido una transformación en los últimos meses. Llegó sólo de paso al conjunto aragonés, muy identificado con su exequipo, después decidió quedarse y al final lo ha conseguido.--Creo que esa transformación se notó en todas mis declaraciones. Lo primero que dije nada más llegar fue que esto era un ida y vuelta, que quería destacar para hacerme un hueco en el Atlético, pero todo lo que me sucedió en el Zaragoza no sólo me realzó como futbolista, sino que fueron cuatro meses maravillosos y contaba con la total confianza del técnico y del club, unos gestos que no tenía allí. Por eso ésta era una buena salida para mí, quería reivindicarme y decidí dar un paso al frente y aceptar el reto.

--Tampoco le quedaba mucho remedio, en el Atlético le esperaba algo parecido a lo del año pasado.--No lo veo así, porque había un nuevo entrenador y eso ya implicaba otra posibilidad. Y además venía de un buen final de temporada con el Zaragoza, pero nunca tuve dudas de dónde estaba realmente mi sitio.

--¿Qué cambios nota entre esta llegada y la que tuvo como cedido en enero pasado?--Espero que ahora sea todo mucho mejor, porque conozco el club, a la gente y todo lo que me va a rodear. Pero sobre todo cambia la idea, porque entonces era venir para ayudar a la permanencia en Primera y ahora la responsabilidad es diferente, con cuatro años por delante para devolver la confianza del club.

--A sus 29 años, ¿se ve en un momento decisivo de su carrera?--No me lo tomo de esa forma. Lo veo como un paso más en mi trayectoria deportiva después de vivir buenos momentos en el Málaga y en el Atlético de Madrid. Lo que quiero es hacer las cosas bien y contribuir lo máximo al equipo que tanto ha confiado en mí. Tenemos tres competiciones por delante, al margen de la Supercopa, y éste es un año en el que podemos disfrutar todos mucho con este equipo equilibrado y competitivo.

--El club ha hecho un esfuerzo económico muy importante en su contratación para llegar a sus peticiones. ¿Piensa en ello o no lo tiene muy en cuenta?--Yo lo he valorado todo y por supuesto también eso. Son cuatro años de contrato, pero no tengo más responsabilidad por ello, porque yo siempre intento aportar lo máximo.

--Pero si alguien cobra a precio de crack se le exige la misma contrapartida. La afición, es lógico, así lo va a exigir.--Entiendo que la afición exija, a mí y a todos, pero yo no vengo a engañar y espero dar lo mismo que ofrecí el año pasado y que llevó al Zaragoza a confiar de forma tan decidida en mí, aunque si puedo ofrecer aún más rendimiento, mucho mejor.

--¿Se ve para jugar unos minutos hoy ante el Bolton y mañana ante el Chelsea?--Claro, ¿por qué no? Pero eso es decisión del entrenador, yo llevo trabajando mucho tiempo y aunque tuve un pequeño problema de pubis ahora me encuentro bien, un poco

tieso