--Ha comenzado como un tiro.

--Sí, desde luego está siendo una buena temporada para mí. Estoy intentando ser más duro y más agresivo. Quiero mejorar mi juego cada año. Ahora siento que si juego bien, mi equipo tiene muchas oportunidades de ganar cada partido.

--Está en forma, incluso más delgado. ¿Se entrenó durante las vacaciones?

--Sí, he trabajado este verano. Fui a casa y estuve con un entrenador trabajando fuerte. Iba al gimnasio cada día que podía para estar en forma en la vuelta a los entrenamientos.

--Y jugó en Puerto Rico.

--Tienen una gran Liga de verano allí. Hay muchos buenos jugadores que van a jugar a Puerto Rico. Fue muy útil para mí para no perder la forma.

--¿Cree su apariencia desenfada hacía que la gente no viera su talento al principio?

--Este es el juego. El baloncesto es un juego para pasártelo bien. Siento que juego mejor cuando me divierto, así que intento hacerlo. Creo que para hacerlo bien, necesitas disfrutar de ello.

--Vaya juego interior tiene el CAI. Shermadini, usted y Norel cuando se recupere.

--Shermadini es un muy buen pívot, un gran jugador, y ya sabemos que Norel también lo es. Podemos hacerlo todo; anotar, rebotear y defender. Los compañeros nos dicen: "hey, tenemos un gran juego interior, hay que aprovecharlo".

--¿Cuál de ellos es más parecido a usted?

--No sé, los dos tienen habilidades estupendas. Diría que Shermadini, que tiene un juego más físico, va a la lucha, es fácil para él sacar faltas. Diría que él.

--Este año juega también de cuatro. ¿Cómo lo lleva?

--Estoy a gusto en esa posición. Yo hago mi trabajo, me da igual dónde, solo quiero ayudar a mis compañeros. Ahora hay muchos jugadores que se abren para conseguir tiros desde fuera y a mí también me gusta hacer esto. Solo quiero salir a escena cada noche y jugar.

--¿Cómo valora el inicio de temporada del equipo?

--Está yendo muy bien. Estamos teniendo la oportunidad de ganar partidos y esto nos hace mejorar. Ganar partidos al principio te permite hacerlo y es importante para que el equipo se divierta.

--Contra el Roma por fin ganaron en un final apretado.

--Eso es algo en lo que estábamos trabajando. Jugamos bien durante 36 o 37 minutos en Berlín y en Bonn y teníamos que hacerlo durante 40 minutos. Es más difícil cuando juegas fuera de casa y te encuentras en los minutos finales tú solo, con el ambiente en contra, pero tenemos que aprender a hacerlo también fuera.

--Jugó en Turquía e Israel, ¿cómo se sintió allí?

--La experiencia fue buena. Turquía e Israel, y también Francia, son países muy interesantes. Es difícil adaptarte, porque el idioma y la comida son diferentes y la gente hace las cosas de una forma distinta. Pero son sitios de verdad increíbles.

--Y España, ¿le gusta?

--Estoy bien aquí. La única cosa es que todo se hace muy tarde. A veces jugamos a las 20.30, y después tenemos que ir a cenar a las once. ¡Y todavía hay gente cenando por ahí! Pero al final está bien. En los otros países en los que he estado tampoco es así; en Turquía la gente ya ha cenado a las nueve o como mucho las diez.

--¿Echa de menos su país?

--Sí, pero este ya es mi sexto año fuera. Hace ya tres o cuatro años que solo voy a casa para Navidades y mi mujer y mi hijo están aquí, así que me siento bien en Zaragoza.

--En EEUU jugaba en la Universidad de Texas. ¿Cómo le fue?

--Estuve cuatro años. Mi mejor época jugando a baloncesto fue allí. Había un gran equipo y me buscaban siempre para darme la pelota, así que tenía muchas oportunidades para anotar. La Universidad fue genial.

--¿Entonces ya tenía esa perilla?

--Creo que la última vez que me la corté fue en el 2008, antes del NBA draft camp. Y está yendo bien. ¡No pienso cortármela! Por lo menos, no hasta que tenga que buscar un trabajo o cambiar mi imagen para ser entrenador.