Vienen pisando fuerte. Con ambición y ganas de desmostrar que merecen un puesto definitivo en el primer equipo, pese a su juventud. Ayer fueron decisivos en la victoria del CAI Zaragoza frente al Lucentum Alicante (65-49) y pese a su escasa experiencia en la ACB demostraron que tienen mucho que hacer en la máxima categoría del baloncesto español. José Luis Abós premió su esfuerzo durante los entrenamientos con minutos en un partido en el que estaban en juego los playoffs. Y ellos respondieron a su técnico con profesionalidad. Derrochando hambre de minutos por los cuatro costados.

El centro de todas las miradas fue Javier Marín. La perla de la cantera caísta jugó con el primer equipo en los últimos segundos del primer cuarto, cuando el marcador todavía estaba sin resolver (13-11). El joven base, que el sábado por la tarde se encontraba en Lérida jugando con el Monte Ducay Olivar de la Liga EBA, estuvo un total de ocho minutos en la cancha. No anotó, pese a ser buscando por sus compañeros una y otras vez hasta el último segundo. Sin embargo, dirigió al grupo durante varios minutos sin la ayuda de Cabezas y Van Rossom, marchándose a casa con la ovación de su afición.

Otro que contó con más protagonismo que otras veces fue Albert Fontet. El pívot, de 25 años, estuvo sobre el parquet un total de 23 minutos llegando hasta los 12 de valoración. Cumplió con su cometido y perforó el aro en dos ocasiones, a lo que sumó 4 rebotes, dos asistencias y un tapón. Se marchó del encuentro contento, más seguro de sus posibilidades y con la sensación de ser un jugador cada vez más importante dentro de los planes de Abós. "Robert andaba tocado y yo estaba preparado. Los que hasta ahora no hemos tenido tanto protagonismo estamos entrenando bien, estamos preparados y lo estamos demostrando", aseveró el tarraconense.

Igual de satisfecho abandonó el Príncipe Felipe Pablo Almazán. El joven granadino, de 23 años, no entró en el partido hasta el tercer cuarto. Sin embargo, una vez en la cancha derrochó calidad estando rápido en el rebote, entrando con descaro hasta la canasta e intimidando a Dewar y Urtasun, quienes se lo pensaron dos veces a la hora de defenderle. "Hemos demostrado que somos un equipo. Estamos 11 jugadores y todos tenemos que aprovechar nuestro momento", aseguró el 12 del CAI al concluir el encuentro.

La guinda a la exhibición desplegada por los más jóvenes del CAI Zaragoza se la puso un excelente Pablo Aguilar. El ala-pívot firmó un brillante partido pese a llegar al final del tercer cuarto con tan solo dos puntos. El que dicen ser el jugador franquicia de la casa va en ascenso y ayer encontró una conexión especial con Hettsheimeir. Aguilar, más completo que nunca, se fue hasta los 19 de valoración y selló dos espectaculares mates perforando sin consideración el aro rival. Definitivamente levantó al equipo.