Dylan Ennis es un torbellino. Dentro y fuera de la pista necesita actividad, jugar, protagonismo. Siempre está ideando cosas, intentando disfrutar de todo, interactuando con Zaragoza y los zaragozanos. ¿Que llegan dos semanas sin partidos? Pues el canadiense se inventa un juego y va a esconder cuatro pares de sus zapatillas usadas y firmadas por la ciudad para que las encuentren los aficionados. Este mismo lunes ocultará el primer par.

El jugador lo anunció en su cuenta de Twitter el sábado por la noche. «¡Hola Zaragoza, divirtámonos! Esconderé cuatro pares de mis zapatillas desgastadas por el juego, con mi firma, por la ciudad. Ocultaré dos esta semana y dos la próxima. ¡Pondré una foto en mis redes sociales para darte una pista de dónde están! Y publicaré la foto que tomes si las encuentras», escribió Ennis. Ayer ya estaba dando el siguiente paso, preparando la nota que va a dejar junto a las zapatillas.

«¡Tío, estoy súper emocionado de esconder el primer par de zapatos mañana! Quería ponerlo fácil, ¡pero mi esposa hará que todos trabajéis para encontrarlos! ¡Con cada par de zapatos, habrá una hoja de papel! ¡Me ayudará a anunciar si alguien encontró las zapatillas!», escribió el jugador en Twitter. La nota dice: «Felicidades, has encontrado un par de mis zapatillas. Hazte una foto con ellas y mencióname en las redes sociales y me haré eco». El juego ya está en marcha.

El escolta es feliz en Zaragoza. Su carácter abierto, sus ganas de integrarse, de conocer y de disfrutar de donde se encuentra, le convierten además en uno de los jugadores preferidos de los aficionados. Sus redes sociales están llenas de imágenes con su familia paseando por Zaragoza, cerca de su casa o por el centro, en Puerto Venecia, en restaurantes, con vecinos y amigos de la ciudad... Una intensa vida social. Tampoco se pierde, si puede en vivo y en directo, los partidos del equipo femenino y toda su familia es amiga de varias de las jugadoras.

La pandemia, el cierre de fronteras, la dificultad para viajar, ha afectado especialmente a los jugadores extranjeros. Dylan Ennis, canadiense, y su esposa Megan, australiana, llevan aproximadamente un año y medio sin poder salir de Zaragoza, sin poder visitar a la familia ni recibir a nadie. Lejos de lamentarse o deprimirse por ello, Ennis hace gala de su mejor humor y aprovecha para conocer y hacer todo lo que puede en la capital aragonesa. Siempre con una sonrisa en la boca.

El coronavirus ha sacado también a los aficionados del Príncipe Felipe. Después de los partidos Ennis siempre se quedaba saludando, haciéndose fotos, firmando autógrafos con todos los que se lo pidieran. Ahora que eso no es posible, el canadiense no quiere perder el contacto con los seguidores. Interactúa con ellos en las redes sociales, atiende las peticiones de quienes se lo cruzan por la calle o se inventa juegos como el de las zapatillas.

El pasado verano, cuando se anunció su renovación por una temporada con el Casademont, llevó otro a cabo. Hizo unas camisetas con su foto celebrando en la delantera y, detrás, ‘I’m back’ (he vuelto) y las regaló a los aficionados. Contactó con ellos por Twitter y se las entregó en persona, aprovechando para conversar con ellos y, por supuesto, hacerse fotos y ponerlas en sus redes sociales. Ennis es tan feliz en Zaragoza que tiene que compartir su felicidad con todos. Y mientras, sigue metiendo puntos.