Fiscales brasileños denunciaron ayer desvíos y sobornos millonarios vinculados con la elección de Río de Janeiro como sede de los Juegos Olímpicos del 2016 y subrayaron el papel que jugó el presidente del Comité Olímpico Brasileño, Carlos Arthur Nuzman, en la operación. Según los investigadores, Nuzman tuvo un desempeño fundamental para vincular a empresarios, políticos y directivos del Comité Olímpico Internacional (COI) en la presunta trama de compra de votos para que Río se hiciera con los Juegos.

La operación salpica también al exgobernador de Río, Sergio Cabral, en prisión por corrupto, y a Papa Massata Diack, hijo de Lamine Diack, que entonces era el presidente de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) y miembro el COI. Según los fiscales, Cabral habría recibido al menos unos 10 millones de dólares a través de empresas interpuestas y de un testaferro, el empresario Arthur Cesar de Menezes, conocido como ‘el rey Arturo’, quien supuestamente se encuentra en Miami en busca y captura.

Además, estiman que al menos 2 millones de dólares fueron transferidos a cuentas y empresas vinculadas con Papa Massata Diack.