Sergio Ramos fue el jugador que asumió la responsabilidad de hablar horas después de la debacle ante Holanda y destacó que "cuando falta un extra de motivación sucede esto". Ramos tomó la palabra como capitán sin brazalete, hizo autocrítica y lanzó la frase más dura de una rueda de prensa compartida con Jordi Alba.

El defensa madridista, voz autorizada del vestuario, cuarto jugador con más partidos en la Roja (117) es un buen termómetro para medir el estado de ánimo de un grupo poco acostumbrado a derrotas tan escandalosas. "No podemos quedarnos lamentándonos. Estamos todos a una y cuando al equipo le falta un extra de motivación y la suerte que tuvimos en otras ocasiones, suceden cosas así".

Cada frase del defensa andaluz dejó un titular. "Nos ha costado dormir, no dejamos de pensar en lo que ocurrió ayer pero el fútbol te obliga a pasar página rápido, esperar que fuese un mal día en sentido colectivo. El vestuario está más unido que nunca. Nos invaden las ganas. Estamos llenos de pasión y orgullo. Nos encantaría jugar hoy mismo ante Chile". Son momentos en los que este grupo tira de memoria y recuerda que en el camino al éxito ya convivió en la incertidumbre y la crítica. "La clave de este grupo siempre ha sido levantarse en momentos difíciles. Es lo que nos ha hecho campeón de todo. Hay que tirar de orgullo, de equipo e ilusión. No volverse loco por un mal partido ante una selección como Holanda a la que ayer le salió todo".

No fue una derrota más. "Una derrota así evidentemente marca tu vida, tu currículum. Es uno de mis peores partidos de mi vida profesional pero no me quedo pensando ni un segundo en el partido, no hay tiempo para lamentarse. Un 5-1 no deja de ser una motivación para el siguiente". El grupo tiene el convencimiento de que lo ocurrido no se debe a un desplome físico y apuntan a la cabeza como el principal problema. "Más que físico ayer fue anímico. Cuando recibes el tercer gol evidentemente no tienes la cabeza donde debes tenerla, te sorprende el resultado tras haber tenido el partido en tu mano y te contagia la energía negativa de los once incluido Iker". El andaluz admite la crítica aunque está convencido de que "el mayor porcentaje del país mantiene la ilusión" y tienen confianza en que nuevamente se vuelvan a levantar.