Los jugadores del Real Zaragoza no acertaron ayer a dar un diagnóstico certero sobre los males que sufre ahora mismo el equipo en la Liga, donde, tras cinco jornadas sin ganar, con tres derrotas consecutivas en las últimas de ellas, se ha colocado en la clasificación en la zona denominada de la indiferencia (a mitad de camino entre el grupo de cabeza y los puestos de descenso), y apostaron por una reacción inmediata para no agravar todavía más lo que mayoritariamente califican en estos momentos como "una mala racha". Como nuestra, Savio afirmó: "No hay ninguna explicación, son cosas que suceden en el fútbol". De nuevo, José María Movilla fue el más conciso a la hora de enjuiciar la situación actual que vive el cuadro aragonés: "No me gusta llamarle ni bache ni crisis, pero la semana pasada, con dos derrotas, hablábamos de bache, y ahora, con la tercera, ya se habla de crisis", dijo el centrocampista.

VIVIR LA REALIDAD Movilla aseguró: "Está claro que por este camino no podemos seguir más tiempo" y se lamentó principalmente del bajón que ha experimentado el Zaragoza en los partidos del estadio de La Romareda, donde ahora, tras ganar los cinco primeros encuentros de Liga en este escenario, lleva dos derrotas seguidas, ambas por 0-1, frente a Mallorca y Espanyol. "Tenemos que hacer mucho más en casa. En La Romareda debemos tener mayor posesión del balón que el rival y más ocasiones, no como sucedió ante el Espanyol", explicó el madrileño, quien añadió: "Lo cierto es que las expectativas eran muy buenas antes de perder con el Numancia y el Mallorca, que estaban abajo, pero ahora hay que levantar la cabeza, reflexionar sobre lo que se ha hecho mal y seguir adelante".

Para el Real Zaragoza, el problema radica en que en sólo tres jornadas ha pasado de apuntar a los puestos altos a mirar de reojo a la parte baja de la clasificación. Y eso se ha producido cuando mejor lo tenía, porque cayó consecutivamente ante el Numancia y el Mallorca, que eran colistas. Además, el domingo, contra el Espanyol, tercer clasificado, desaprovechó la oportunidad de engancharse otra vez al grupo de cabeza. "Está claro que ha habido un bajón y que eso nos ha privado de estar ahora mismo en una situación privilegiada. Ha sido una pena", reconoció Alvaro Maior, que, pese a todo, no pierde el optimismo. "Mirar ahora hacia atrás en la Liga no sirve de nada, por mucho que puedas estar cabreado o enfadado. Es más, debe servir de revulsivo".

Nadie dentro del vestuario se atreve a decir abiertamente que quizás, tras un buen comienzo de campeonato, se haya podido sobrevalorar el verdadero potencial del Zaragoza y todos apuestan ahora por no marcarse metas de antemano. "Todos nos ilusionamos cuando las cosas van bien, pero hay que vivir la realidad", comentó Javi Moreno. Para justificar esa apreciación, el ariete añadió: "En la Liga hay mucha igualdad y por eso hay que ir partido a partido. No podemos pensar que vamos estar seguro arriba".

SIN PENSAR EN LAS PRIMAS El mal momento del cuadro aragonés también ha coincidido con la ruptura con el club sobre el convenio de primas, pero los futbolistas aseguran que esto no ha afectado al rendimiento del equipo. "Lo significativo son los resultados. Vivimos de estar lo más arriba posible, de salvar la categoría, pero cuando salimos al campo nos dan igual las primas. Lo que sucede es siempre se puede producir alguna tirantez por defender lo que consideras justo, por eso viene el plante del otro día, al no concentrarnos", dijo Movilla.