El empresario paquistaní de nacionalidad alemana Kadir Sheikh anunció ayer a través de uno de sus representantes, el agente FIFA Paco Durán, su intención de adquirir la mayoría de las acciones del Mallorca por una cantidad que oscila entre los ocho y los 10 millones de euros. Sheikh había hecho anteriormente una oferta a Agapito Iglesias para tratar de hacerse con el control accionarial del Real Zaragoza, pero el constructor soriano prefirió venderles sus título al grupo de empresarios aragoneses que ahora están al frente de la entidad.

En una rueda de prensa celebrada en un céntrico hotel de Palma de Mallorca, Durán explicó que la intención de Sheikh es hacer frente al pago del déficit acumulado por el Mallorca en esta temporada en Segunda División que acaba de finalizar, unos 4 millones de euros, y después, realizar las inversiones "necesarias" para dar viabilidad a un nuevo proyecto deportivo del club balear. El Zaragoza, en cambio, necesita 8,1 millones de euros para hacer frente a las deudas que tiene de este curso.

SERRA FERRER Y CERDÁ El agente FIFA subrayó que su oferta ya está en poder de los dos consejeros que poseen el 55% del capital social de la entidad mallorquina, Lorenzo Serra Ferrer y Biel Cerdá, quienes están vinculados por un pacto de sindicación que dificulta el proceso de venta. Serra Ferrer y Cerdá mantienen abiertas discrepancias sobre la manera de conducir el club balear y sus desacuerdos en materia económica, incluso, han llegado a los tribunales. El Mallorca, pese a tener el mayor presupuesto de la categoría, no pudo asegurar su permanencia en Segunda División hasta la última jornada de Liga.

Kadir Sheikh negoció su entrada en el accionariado del Real Zaragoza hasta principios de este mes, pero al final desistió de su propósito, a pesar de haber constituido un aval de 11 millones de euros en una entidad bancaria para hacer frente a la frustrada compra del club aragonés. Con Sheikh hubiera llegado al club el exzaragocista Nayim como director deportivo y el exdirectivo Javier Láinez. Agapito Iglesias tenía decidido vender sus acciones al grupo de empresarios y no dio marcha atrás.