Es extraño observar que en los peldaños de un podio de kárate, un arte marcial típico de Oriente, emerge una figura con ADN zaragozano. Marcos Martínez, de 21 años, es un joven de Garrapinillos que apunta a ser un emblema de esta disciplina a nivel mundial. Esta relación amorosa, sin embargo, no fue fruto de la inmediatez.

Marcos, como todo niño, quería ser futbolista. Sus habilidades, por otro lado, le aconsejaron que siguiese otro camino. A los cinco años comenzó con el kárate y, desde ese momento, no ha parado de cosechar éxitos. «Quería hacer algo diferente al fútbol, relacionado con un arte marcial, como kárate o taekwondo. A base de constancia y de entrenamientos he llegado hasta donde estoy», comentó el joven karateca. A pesar de su juventud, ya atesora varios títulos, como una medalla de bronce en el Campeonato del Mundo en categoría kumite sub-21 (más de 84 kilos) u otro bronce en el Campeonato del Mediterráneo, ambas conseguidas a finales del 2017.

«La clave para ganar reside en el trabajo duro y la constancia. Para ello es importante no derrumbarse ni venirse arriba en el momento de las derrotas y las victorias», afirma. Gracias a estas cualidades, Marcos ha logrado convertirse en profesional. «No me gusta considerarme un deportista de élite porque no me lucro para poder vivir de ello. El kárate es un deporte minoritario y lo compagino con mi carrera de Ingeniería Industrial», destaca.

Compatibilizar ambas tareas consume mucho tiempo de su vida personal. Una faena que aún se intensifica más con el denominado Camino Olímpico, un periodo en el que hay muchos campeonatos internacionales de preparación para Tokio-2020. «Cuadrar espacios es muy complicado y eso me deja muy poco tiempo libre disponible», explicó.

Marcos acaba de participar en tres pruebas de la Premiere League, celebradas en Berlín, Chile y, la más reciente, en Tokio, como preparación para el próximo Mundial, que tendrá lugar en Madrid del 6 al 11 de noviembre. Antes de esas pruebas, el joven karateca ha pasado muchas tardes entrenando en el gimnasio Shuriyama de San José. «Mis sesiones constan de tres partes: físico, kárate y psicología. En cada una tengo un preparador y eso me ayuda a estar en equilibrio para poder competir», explica. Ahora, después de esos tres viajes, las sensaciones para afrontar el torneo internacional «son muy buenas», de manera que «intentaremos hacer un buen papel en Madrid».

Martínez es campeón de España y de Europa. Tiene muy claro cuál es su próximo objetivo. «Quiero ser campeón del mundo». Además, será una oportunidad para evolucionar de cara a los Juegos Olímpicos. «No me gusta plantearme objetivos a largo plazo. Primero quiero hacer un buen Mundial y luego ya veremos qué pasa», concluye.