Las paradas del portero al que renunció Zinedine Zidane en el mercado invernal, Kepa Arrizabalaga, permitieron puntuar trece años después al Athletic Club en el Santiago Bernabéu, por delante en el marcador hasta que un taconazo de Cristiano Ronaldo evitó la derrota madridista. La Liga se ha convertido en una competición incómoda para el Real Madrid. Con todos sus sentidos en el reto mayor de conquistar tres Copas de Europa consecutivas, a su voluntad le faltó acierto rematador ante un inconmensurable Kepa. El portero demostró a su rival que dejó escapar un portero para muchos años.

A estas alturas del curso, las ideas de Zinedine Zidane se plasman en sus equipos sin tener que poner vendas a heridas abiertas como la de Bale. El galés llegaba de descansar ante el Málaga, se le esperaba en el once y su suplencia habla por sí sola. La apuesta por Lucas Vázquez y Marco Asensio ya es la variante preferida cuando Isco se da un respiro.

La poca trascendencia del duelo invitó a un intercambio de golpes de inicio. Los de Ziganda manteniendo el orden y en pie siempre gracias a Kepa. El portero que estuvo a punto de ser madridista exhibió sus virtudes para dejar en el aire el debate sobre la decisión de Zidane, que lo frenó todo. Las llegadas del Real Madrid le hacían merecedor del gol pero tuvo un castigo inesperado. El travesaño repelía un magnífico testarazo de Cristiano. El portugués remata todo lo que no busca Benzema. En una rápida carrera lo intentaba al palo largo pero no encontraba puerta. Kepa ya había parado la primera a Asensio.

Fue cuando llegó el golpe del Athletic. Era el minuto 14 cuando de nuevo apareció un agujero que aprovechó Córdoba. Su pase al espacio lo aprovechó con brillantez Williams que picaba el balón ante Keylor. Era su séptimo tanto liguero. A una semana de un nuevo duelo europeo que marca la temporada, en Múnich ante el Bayern, el Real Madrid podía desgastarse en el esfuerzo por la remontada. Lo buscó con continuidad en sus llegadas, siempre topándose con Kepa que sacaba abajo un disparo a corta distancia de Cristiano y de larga distancia de Marcelo. El primer acto lo cerraba Asensio con la jugada del partido. Llegó con velocidad a un pase en profundidad, en la esquina del córner se iba con un reverso, al siguiente defensor lo tumbaba con el cuerpo para salir por el lado contrario y su disparo lo sacaba abajo Kepa.

En el segundo tiempo el protagonismo del portero del Athletic se rebajó. El Madrid se fue espesando y solo pudo empatar cerca del final con una gol de espuela de Cristiano Ronaldo al desviar un lanzamiento de Modric.