El keniano Eliud Kipchoge, de 32 años, campeón olímpico de maratón, corrió ayer en el autódromo de Monza el maratón más rápido de la historia, culminando con una marca no homologable de 2.00.25 el reto diseñado por Nike para bajar de las dos horas en la carrera de 42.195 metros.

El ritmo trepidante decayó en los diez últimos kilómetros y Kipchoge, pero pulverizó la mejor marca (2.03.02) de su compatriota Mutai, igualmente no homologada debido al recorrido descendente de Boston. El keniano demostró que el muro de las dos horas está a la vuelta de la esquina. Para romperlo, había que recortar 2 minutos y 57 segundos el récord de Kimetto, y para ello Nike se inventó una carrera de laboratorio con la ayuda liebres rotatorias que entraban por turnos en carrera, de forma que la marca no podía ser homologada.