El polaco Robert Kubica volvió ayer a pilotar un coche de F-1 seis años después de sufrir un grave accidente en un rally. El piloto polaco se puso al volante del Renault RS17, en los test de F-1 del Hungaroring, en Hungría. «Ha sido una sensación fantástica aunque es pronto para saber cuál será el siguiente paso», dijo sobre su posible regreso al Mundial.