La crisis ahoga a La Muela, y ya no solo en cuestiones políticas. Si mal terminaron las cosas para el equipo de fútbol de esta localidad la temporada pasada, cuando consumó su descenso a Tercera, y peor continuaron en verano, momento en que descendió administrativamente a Preferente por no hacer frente a sus deudas, ahora la situación se ha tornado drástica y el club no ha tenido más remedio que retirarse a un segundo plano.

El Comité de Competición admitió ayer la renuncia de La Muela a ocupar su correspondiente plaza en Regional Preferente, ya que el club se ve imposibilitado de hacer frente a dicha competición dada su situación monetaria. Fruto de este cambio, el Ateca ocupará la plaza dejada por La Muela y, por consiguiente, el Ariza tendrá un hueco en la Primera Regional.

La directiva de La Muela, presidida hasta el momento por Fernando Puerta, comunicó hace una semana a la plantilla y a su técnico, Gori Silva, que la tramitación de las licencias federativas para poder competir no iba a ser posible y que tenían vía libre para buscarse nuevos equipos. El club arrastra deudas económicas tanto con varios jugadores y técnicos de la temporada pasada como con futbolistas que militaron en la entidad hace dos años.

Dada la situación económica y deportiva, La Muela presentó en la Federación Aragonesa de Fútbol su renuncia a jugar en Regional Preferente aludiendo que no disponía de plantilla suficiente, ni de presupuesto, para afrontar la temporada, y solicitando, al mismo tiempo, su inscripción en la categoría de Segunda Regional, algo que finalmente aceptó el Comité de Competición.

Esta semana está prevista una reunión de la junta directiva de La Muela con la intención de aclarar la situación, aunque, por el momento, nada se sabe del nuevo proyecto deportivo del club.

DEL ÉXITO AL EXILIO Antes de verse atrapado por la crisis, la evolución deportiva de La Muela estuvo repleta de éxito. El equipo se creó en la temporada 2005-2006 en Segunda Regional y el año pasado ya jugó en Segunda B.

Sin embargo, su debut en la categoría de bronce estuvo repleto de problemas porque la crisis en el club se agravó con la "Operación Molinos". La entidad sufrió las consecuencias y pasó de nadar en la abundancia económica a ver reducidos sus ingresos. Finalmente, la junta directiva encabezada por Miguel Abbas abandonó el barco a finales del 2010 y el club quedó en manos de Fernando Puerta.