Inmersa en un torbellino de sensaciones se encuentra estos días Laia Palau (Barcelona, 1979), la capitana de la selección española de baloncesto. Feliz por el oro conquistado con el equipo de Lucas Mondelo en la final del Eurobasket de Praga, la última gesta del baloncesto femenino, que suma cinco campeonatos consecutivos en el podio. Orgullosa porque es la décima medalla que suma en su palmarés, lo que le permite igualar en el ránking a Pau Gasol yFelipe Reyes, los dos grandes referentes de la selección masculina. Ansiosa por desconectar cuanto antes, coger su furgoneta y perderse por España de vacaciones. Y, sobre todo, expectante por el giro que dará su vida en septiembre, cuando se trasladará a Australia para iniciar una nueva etapa en Melbourne, después de cuatro años viviendo en el USK Praga de la Liga Checa, con el que alcanzó este año la ‘final four’.

“Lo que hemos vivido en el Europeo es increíble. Esta selección es un espectáculo. Un partido como el que hicimos contra las francesas en la final no sé cuándo lo volveremos a hacer. Fue excepcional”, cuentaLaia en una conversación con El Periódico. La jugadora barcelonesa aún no ha acabado de digerir lo que ha supuesto el oro para un equipo que no deja de hacer historia y luce, ahora mismo, en su palmarés el título europeo y los subcampeonatos mundiales y olímpicos. “Estoy disfrutando como nunca. Son los mejores años de mi carrera. No creo que las jóvenes que vienen por detrás disfruten a tope, como yo ahora, porque sé de dónde venimos: del barro. Con quintos puestos y algún bronce…Y ahora estar arriba, a un nivel espectacular, te llena de orgullo”, remarca.

TALENTO, TRABAJO Y QUÍMICA

Para Laia Palau hay muchos detalles que convierten a la actual selección femenina en un grupo único. “Hay talento, por supuesto. Pero también trabajo y química”, remarca la ‘jefa’, como la conocen sus compañeras. “La llegada de Sancho Lyttle nos ha hecho llegar a finales. Y después hay un grupo muy potente en el que me he juntado con una generación única: Torrens, Xargay, Nicholls, Cruz, Domínguez... a la que siguen llegando las jóvenes”, dice la base barcelonesa, que ha situado en el Eurobasket un récord de internacionalidades (262), superando la marca de Amaya Valdemoro y lejos de los 239 que presenta Epi en los hombres. “Estamos construyendo un legado que nos da visibilidad. Y ojalá eso anime a las niñas a acercarse al básquet y ayude al deporte, al ver que la inversión vale la pena, y que luego los resultados llegan”.

De momento, lo que le motiva es la aventura de instalarse en Melbourne y afrontar un nuevo desafío. “Aún no estoy preparada para decir adiós al baloncesto, porque sigo disfrutando y no estoy cansada ni físicamente mal”, razona Palau, “Pero necesito una nueva experiencia vital, un cambio de escenario. No quería seguir en Praga pero quería seguir jugando a baloncesto sin que fuera el 100 de su vida, porque ya he cumplido unos objetivos y he alcanzado unas metas”.

Después de cerrar su etapa en la República Checa, donde ha jugado los últimos cuatro años, Palau había anunciar su fichaje por el Jayco Rangers de la liga australiana y también su despedida de la selección. Pero la jugadora barcelonesa se está replanteado su decisión, teniendo en cuenta que el próximo año el Mundial se jugará en España. “Aún no sé lo que haré. Mucha gente me pide que no lo deje. Que se juegue en España es un aliciente más ¿Qué haré? Veremos cuando llegue el momento. Creo que me he ganado ese derecho”.