Lalo Arantegui no pierde el optimismo. La seriedad y la preocupación presiden sus gestos y sus movimientos, pero su mensaje todavía lleva un hilo de oxígeno. "Es una plantilla muy joven, los jugadores son muy buenos, algo que ya han demostrado, y estoy convencido de que van a revertir esta situación". El director deportivo del Real Zaragoza ha comparecido ante los medios en un ejercicio de responsabilidad y con el claro objetivo de mandar un mensaje todo lo optimista posible, justo cuando el equipo ocupa posiciones de descenso a Segunda B. "Hay que hablar sin tapujos. Estamos en una situación que nadie esperaba. Ahora mismo estamos peleando por el descenso de categoría y tenemos que concienciarnos de que hablar de estar primeros o segundos no beneficia a nadie", ha argumentado en relación al objetivo del ascenso. "Es un grupo honesto, en el vestuario hay unión y tienen nuestra máxima confianza porque han demostrado que es una gran plantilla". ha añadido. Por ello, se va a fichar un central que supla la obligada baja de Grippo, que el domingo se destrozó una rodilla, pero "que nadie espere revoluciones en el mercado de invierno".

Evitando las excusas fáciles, Arantegui sí ha analizado que las distintas lesiones que ha sufrido la plantilla han mermado el potencial del equipo en esta primera parte de la temporada. "Con toda la plantilla al completo las cosas serían distintas". Ha dado mucha importancia al apartado físico, recordando que el año pasado el equipo "pasaba por encima" de muchos rivales físicamente. Algo que no ocurre ahora. "Es vital recuperar un buen todo físico. Ha habido muchas bajas y hay que recuperar a los jugadores en este aspecto".

El responsable deportivo de la entidad ha admitido que ha habido "errores" y él mismo se ha puesto en el primer lugar de la lista: "Podía haber hecho las cosas mejor". Es más, ha querido asumir personalmente los "errores que se han cometido" antes de apostillar que esta situación de "crisis en toda regla" puede reconvertirse para hacer a todo el grupo "más fuerte y mejor" en el futuro inmediato. Incluso ha augurado que en "tres o cuatro semanas" la situación estará "reconducida". "Esto nos va a hacer más fuertes".

Respecto al sistema táctico y el traído y llevado rombo, el director deportivo ha asegurado que hay plantilla para jugar "con distintos sistemas" y que el cuerpo técnico tiene "libertad para hacer y deshacer", siempre en un clima de "máxima comunicación" con la dirección deportiva. Eso sí, ha matizado que en el club se trabaja por tener una "identidad" y que el estilo de juego de la casa, desde las categorías inferiores, pasa por el rombo en el centro del campo. Esa identidad pasa también por "fabricar" jugadores en las categorías inferiores que lleguen al primer equipo. Preguntado si, de dentro o de fuera, a alguno le puede la responsabilidad, Arantegui ha sentenciado: "La camiseta del Zaragoza pesa 4 kilos, mientras que la de otros clubs pesa 100 gramos".

Ha admitido que no fue buena decisión traer a Imanol Idiakez y que Lucas Alcaraz y sus colaboradores ya han estado en situaciones "como esta, mejores y peores", por lo que saben lo que tienen entre manos. "Aquí no se impone nada, pero siempre hay opiniones. Imponer no, opinar sí, como hace todo el mundo". Arantegui ha hecho ver que nadie conoce mejor a los jugadores y sus respectivas trayectorias que la dirección deportiva y que siempre es recomendable la colaboración entre esta y el cuerpo técnico. Y ha añadido: "El entrenador que obedece a pies juntillas a la dirección deportiva es un mal entrenador". En el caso del técnico granadino, cuenta con toda la confianza de Arantegui como este dice contar con el respaldo de los responsables de la entidad. "Obviamente en el consejo y en la dirección general hay preocupación, pero no noto pérdida de confianza".

La comparecencia ha dejado también la ratificación de un secreto a voces: la renovación de Pombo es un hecho y es cuestión de (poco) tiempo que reciba marchamo oficial.