Con gesto serio y sin haber variado un ápice el semblante durante toda la comparecencia de Víctor Fernández, el director deportivo del club, Lalo Arantegui, tomó la palabra para asegurar que, a pesar de los dos cambios de técnico, sigue «con fuerzas» para reaccionar. «Los proyectos no empiezan de color de rosa y hay que demostrar la capacidad de darle vuelta a la situación», dijo.

Pero, más allá de su «responsabilidad» en el devenir de la temporada, Lalo se detuvo en un caso particular: la renovación de Pombo, un asunto que se ha estancado a pesar de que el propio director deportivo aseguró hace un mes que la firma se produciría en breve. «Llevamos seis meses de negociaciones y el club tiene unas limitaciones que hay que respetar y que no va rebasar con nadie. El que quiera estar en el Real Zaragoza, estará y el que no, no estará», aseveró.

La negociación, pues, se ha paralizado. De hecho, Lalo aseguró que las únicas conversaciones que existen ahora en cuanto a renovaciones son con el agente de Grippo. «Es un jugador que siempre lo ha dado todo desde que llegó y estamos hablando. Es la única que se ha planteado el club por la situación en que se encuentra». El suizo ha sido recientemente operado de una rotura del ligamento cruzado de su rodilla derecha, lo que le hará perderse el resto de temporada.

Lalo, que anunció a Loreto, exjugador zaragocista y campeón de la Recopa, como segundo entrendor de Víctor, también quiso desmentir que el ambiente en el vestuario sea malo o que en el vestuario de Riazor hubiera más que palabras. «Es una locura pensar eso. El vestuario está unido y muy responsabilizado de la situación» aunque espera «más» de la mayoría de ellos.

Sobre los fichajes, desveló que el club tiene unos limites económicos que no puede superar y que para que haya entradas tiene que haber salidas. Y se mostró confiado en, de la mano de Víctor, remontar «cuanto antes». «Es el hombre idóneo», aseguró.