Apremiado por el tiempo, que corre irremediablemente en contra del Real Zaragoza hacia la fecha límite del final de julio, y acuciado por la falta de convencimiento sobre la verdadera seriedad de las dos propuestas públicas que actualmente están sobre la mesa --la que representa Kadir Sheikh y la de los mexicanos--, el grupo que tiene el control de la SAD ha abierto una tercera vía. Javier Lasheras, que es quien está llevando las operaciones de forma absolutamente personal, está intentando aunar voluntades en la comunidad y revender el Zaragoza a un grupo de empresarios aragoneses que tengan solvencia económica contrastada. Sobre esa idea lleva ya trabajando varios días, con continuos contactos telefónicos y hasta llamadas de auxilio en socorro del club.

Mientras se suceden las reuniones, la última llevada a cabo ayer con Sheikh y su equipo, con el que posteriormente se produjo un nuevo cruce de acusaciones y una interpretación de la cita antagónica, y por supuesto con los mexicanos, con los que una parte de los propietarios mantiene un contacto fluido y casi diario pero sobre los que también planean dudas muy serias, Javier Lasheras, Luis Gamón y Toño Martínez decidieron abrir esa tercera vía sin tener en cuenta a la otra facción de la propiedad --Mariano Casasnovas y los hermanos Zorita-- en busca de una solución de emergencia para el Real Zaragoza.

Las negociaciones se encuentran todavía en una fase embrionaria y su objetivo no es otro que abrir una nueva expectativa para la SAD, dado que las horas se consumen y la amenaza del descenso administrativo crece si, en la fecha requerida, no se efectúan los pagos correspondientes para evitarlo. El objetivo de Lasheras y sus colaboradores más cercanos es tratar de implicar a empresarios de altura, poderosos financieramente sin ningún género de dudas, como un último intento para salvar una situación desesperada.

El Zaragoza necesita 8 millones para afrontar los pagos ineludibles correspondientes al ejercicio ya cerrado, afrontar el próximo y garantías verdaderas para que Hacienda, que ya firmó seis calendarios de refinanciación con Agapito Iglesias, todos incumplidos, dé el visto bueno a un nuevo acuerdo, algo que no está dispuesto a hacer si no aparecen dinero contante y sonante y avales reales. El grupo de empresarios que compraron el Real Zaragoza a Iglesias está completamente fracturado y enfrentado. Ambas facciones controlan el 45% de la SAD, por lo cual se necesitan mutuamente para cerrar un acuerdo de traspaso.