El Niño no pierde la sonrisa ni en los peores momentos. Cinco días después de que Del Horno le destrozara la nariz y le mandara directo a la sala de operaciones, Cani exhibió su buen humor en su retorno a los entrenamientos. "No sé cómo me quedará la nariz, porque desde que me operaron no me la he visto. Espero que haya ido a mejor, ya que a peor no puede ir. Le pedí al médico que si me podía poner la de Beckham", bromeó el jugador zaragocista, para después despejar dudas sobre cómo será su imagen cuando se le retire la escayola el 30 de abril: "Me imagino que tendré la mía".

La suya, como él dice, es objeto de no pocas bromas en el vestuario desde que llegó al primer equipo, y ayer con máscara y escayola no podía ser menos. Así, en un igualado esprint entre él y cinco jugadores más durante el entrenamiento se hacía difícil saber quién había ganado. "Seguro que lo ha hecho Cani", dijo un compañero ante la carcajada del Niño.

Dificultades para respirar

Tiene mérito no perder el buen humor cuando se lleva una escayola sobre la nariz. "Me cuesta un poco más respirar. Incluso en casa, estando sentado, al ir a levantarme, me ha costado un poquito y he tenido una respiración más fuerte", aseguró el futbolista, que al menos sintió un gran alivio cuando el pasado martes le quitaron el drenaje de la zona. "Era un rollo y he estado un poco incómodo hasta que me quitaron los tapones".

Pero más incomodidad supone para él la máscara con la que ayer tomó contacto para empezar a entrenarse. Las sensaciones en su día de estreno no fueron buenas. Todo lo contrario. "No veo el balón. Algún compañero me pedía que le hiciera un regate y tenía que mirar muy abajo para ver el esférico. O si me lo tiraban un poco fuerte para que lo golpeara, me venía justo para darle, no lo podía dirigir", explicó Cani, que habló con el doctor para informarse de si había otro tipo de máscaras. Las hay, pero de protección nasal sólo la que probó ayer y que va a tener que seguir llevando en los entrenamientos.

Con esas impresiones no hace falta ser un genio para justificar las conclusiones del futbolista. No está dispuesto a jugar con esa protección nasal. "Es que sería salir con uno menos. Si juego, quiero hacerlo sin máscara porque con ella no voy a hacerlo bien", afirmó el futbolista, sabedor también de que saltar al campo ante el Sevilla sólo con la escayola y sin la protección nasal que tan poco le ha gustado supone un riesgo: "Sé que me arriesgo más, pero si puedo jugar, lo haré".

Cani dejó claro que el codazo de Del Horno está ya en el olvido --ayer en el vestuario había una carta del Athletic y el jugador se disculpó tras el choque-- y restó importancia a haber tenido que pasar por el quirófano. "Es la operación de este año. Todas los finales de temporada me toca una". Es cierto, el curso anterior fue intervenido de apendicitis y en la 01-02 de la vista. "Lo importante es que ninguna ha sido de cintura para abajo...", sentenció, antes de echarse a reír al imaginarse en qué zona se puede pensar con esa frase. "Ahí, desde luego, son fatales". No cabe duda.