El alicantino José Ignacio Amat es un gran apasionado de la montaña. Este bombero de 48 años es guía de montaña y de barrancos, director de la Escuela Valenciana de Alta Montaña y responsable de comunicación del Comité de Seguridad de la Federación Española de Montaña y Deportes de Escalada.

Amat estuvo el martes pasado en la sede social del Club de Montaña Pirineos donde impartió una interesante charla sobre la seguridad. Se titulaba Los peligros ocultos de la montaña. Esa conferencia no podía llegar en un momento más oportuno. Esta primavera está siendo la más invernal que se recuerda. El Pirineo está más cargado de nieve que nunca. En los últimos días ha llovido abundantemente y pronto las temperaturas ascenderán. El peligro es muy latente para todos los que se acerquen a practicar deporte desde las cotas medias de la montaña.

«Estamos en una situación extraordinaria en la montaña aragonesa. La acumulación de nieve dobla la de otros años. Cuando suban las temperaturas se producirán avalanchas primaverales más potentes y con más frecuencia que otros años. Hay que ser muy previsor y conservador en la montaña invernal-primaveral a la hora de planificar las actividades», explica. Los cauces de los barrancos crecerán de forma espectacular en las próximas semanas. «En algunos lugares las riadas provocarán situaciones orográficas nuevas y desaparecerán instalaciones como los rapeles en los barrancos, que los arrancará la fuerza del agua».

Amat explica por qué titulaba la charla los peligros ocultos de la montaña. «Son los propios montañeros los que a veces toman malas decisiones de forma irracional. Una de la premisas que debemos tener en cuenta a la hora de ir a la montaña es que el 98% de los accidentes es debido a errores humanos por mala toma de decisiones», indica.

Añade que no se producen más accidentes por ser más o menos experimentados los practicantes. «Hay causas de accidentes de principiantes y causas por ser expertos. Los expertos son más seguros en la montaña, porque son capaces de salir airosos de las consecuencias del accidente que han tenido. Son mucho menos rescatados que los principiantes».

Un experto cae en otro tipo de errores. «Por ejemplo, el exceso de confianza. La familiarización con el entorno, hace que se tomen decisiones no adecuadas. Se da el caso de no asegurarte de forma correcta en ciertos pasos al estar habituado a haber hecho muchas veces ese tipo de terreno. O saltar en un barranco sin tomar las debidas precauciones de revisar antes el fondo del río».

La base de la seguridad en montaña se encuentra en tres palabras. «Son la información, la planificación y la formación». Los errores de los principiantes están basados casi siempre en la ignorancia inconsciente. «No son conscientes de que existen esos peligros en el lugar donde realizan la actividad deportiva. No ven peligro en una nube negra con forma de yunque que augura una gran tormenta y puede provocar una situación muy delicada. Tampoco son conscientes de que un simple esguince de tobillo a cuatro kilómetros de donde han dejado el coche puede provocar una hipotermia por terreno nevado», explica José Ignacio Amat.

Los cinco tipos

Los accidentes de montaña se producen por cinco tipos de motivaciones. «Estos son infravalorar la actividad, planificarlas mal, no conocerse a sí mismo, pensar que somos más fuertes de lo que somos y tener una condición física no inadecuada». Cuanta más gente acude a la montaña se producen más accidentes. «Los más frecuentes son los de los que de manera más turística y esporádica lo practican. Una excursión fácil se interpreta como exenta de peligros para la mayoría de la gente. Para el Moncayo no es necesario tener grandes condiciones técnicas y físicas, pero es un monte aislado que recoge mucho viento, nieve y se convierte en una montaña peligrosa. Es un lugar donde los cambios meteorológicos son tan extremos que tiene unos comportamientos similares a los de la alta montaña».

Las carreras por montaña se han popularizado en los últimos tiempos y también pueden traer accidentes. «No nos deberían de preocupar mientras se celebren dentro de una competición con un plan de seguridad. El problema es que donde hay más accidentalidad es en los entrenamientos o los retos. Tenemos influencias de los que son mitos como Kilian Jornet. Cada uno debe conocerse a sí mismo y elegir sus propios retos», apunta.