Pocas personas lo sabían, pero Luis Aragonés llevaba dos meses muy enfermo. La leucemia, un cáncer en la sangre, se cruzó en la vida del Sabio de Hortaleza, que falleció ayer en la clínica Cemtro de Madrid a los 75 años. A las 6.15 se paró definitivamente el corazón de uno de los hombres más admirados del fútbol español, el impulsor de un cambio histórico, el arquitecto que llevó a La Roja a la cima europea en el 2008 tras 44 años de decepciones. Luis acabó con la antigua furia, confió en el talento, eliminó a Raúl y entregó las llaves a Casillas y Xavi, todo ello con un carácter único que le llevó a protagonizar más de un polémico episodio.

El primer día de febrero dejó una nefasta noticia. El traumatólogo Pedro Guillén, uno de los mejores amigos de Luis, fue el primero en valorar la pérdida. ñMe siento feliz porque nadie del grupo médico dijera nada. Él no quería que se supiera. Tenía una leucemia que se había agudizado y ya estaba mal en los últimos días", explicó el doctor, afectado por la pérdida. ñEn sus últimos segundos de vida, miraba con una gran tristeza y veía que no le decíamos nada. Él no decía nada, pero se entendía todo. Falleció como un campeón".

ELOGIOS DE DEL BOSQUE Hace dos meses se especuló con su retirada de los banquillos, algo desmentido por el propio técnico. Ya estaba enfermo pero lo llevaba en secreto. Su fallecimiento causó conmoción en todos los ámbitos, desde los Reyes hasta Rajoy pasando por decenas de personalides del mundo del deporte, que inundaron las redes sociales con mensajes de nostalgia, reconocimiento y apoyo a la familia del preparador.

Vicente del Bosque, el hombre que recogió el testigo de Luis, tuvo palabras de elogio. ñÉl marcó el camino de los éxitos de la selección. Yo jamás quise borrar ninguna huella de esos cuatro años magníficos. No vamos a olvidarlo nunca", dijo el actual seleccionador. En efecto, Aragonés dirigió a España del 2004 al 2008. Tras el fiasco del Mundial de Alemania, emprendió una renovación que se llevó por delante a Raúl. Aguantó con entereza las críticas, cambió el estilo de La Roja y el 29 de junio del 2008 encontró la recompensa en la final con Alemania en Viena. Antes, en los cuartos contra Italia, ya se atisbó que España podía iniciar una nueva era.

LA EMOCIÓN DE XAVI Los jugadores de esa generación recordaron al maestro. Cesc, Ramos, Iniesta, Villa, Xabi Alonso... Nadie se olvidó de un hombre que cerró su etapa en los banquillos en el Fenerbahce en el 2009. Como jugador, llegó a formar parte del Madrid, pero nunca confiaron en él. Después pasó por varios clubs hasta consagrarse en el Atlético, con el que ganó tres ligas y perdió la final de la Copa de Europa de 1974 ante el Bayern. Como técnico, su palmarés no destaca por los títulos. Una Liga y cuatro copas en 35 años de trayectoria por equipos como el Betis, Barça, Espanyol, Sevilla, Valencia, Oviedo, Mallorca y el Atlético de su corazón. En el club azulgrana ganó una Copa (1988) y vivió el Motín del Hesperia.

Al margen de sus éxitos, Zapatones siempre será recordado por sus charlas, cabreos y salidas de tono insuperables. Ayer, en el minuto de silencio del Camp Nou, destacaba la imagen de Xavi, al borde de las lágrimas. El azulgrana recordaba en una entrevista a la revista Panenka ñla humanidad" del míster y sus diálogos en la habitación. También su primera convocatoria. ñNada más verme me dice: '¿Qué pensaba usted? ¿Que el hijo de puta del viejo no lo iba a traer, eh?' Y yo, claro, le dije: 'No, no, en ningún momento he pensado algo así'. Y erre que erre. 'Sí, sí, sí, venga para arriba y ya hablaremos luego'. Aragonés era así: te hacía reír, te cogía por la pechera, te zarandeaba...". Hoy, su último adiós.