Hablar de finales en el mes de noviembre asusta. Quizá nos precipitemos, sea una temeridad darle ese valor a un partido en la jornada trece. Puede que sea simplemente otra oportunidad para revertir la mala suerte, afianzar el estímulo del ‘sí se puede’ y lamer las heridas de una moral machacada. Acoplar este calificativo a un partido sin título en juego y a estas alturas del calendario describe el hambre de victorias con el que deambula el Huesca desde hace tres meses, un cuarto de año, cuando debutó comiéndose el mundo en Eibar. De final ante el Levante (18.30, BeINLaLiga), de no rendirse, han hablado en esta previa los propios jugadores del Huesca, sabedores de que acumular más semanas sin ganar supondría elevar el porcentaje de la cuesta que asciende hacia la salvación. Derribar la muralla que hace de El Alcoraz un feudo infranqueable para su propio dueño será otra vez el objetivo de una escuadra que necesita un triple de puntos para creer en su resurrección. Levantarse y ganar. Ya.

De sensaciones no se vive. Ni se gana. Al menos al Huesca no le ha dado para eso ni con Francisco. Es innegable que la mejora del juego y de las vibraciones del equipo han cambiado desde la llegada del entrenador almeriense y que de esta base nacerán los resultados. Sin embargo, la cifra de un empate en cuatro partidos es un bagaje que sigue socavando la realidad funesta en la clasificación. La voltereta en la tabla solo se ejecutará si se consigue vencer pronto. Y para ello se presenta como un reto innegociable limitar los sangrantes fallos defensivos e incrementar la rentabilidad y número de ocasiones de gol, debes que aparecen en la cuenta de una plantilla que sí ha corregido otras taras. Tangibles por los que pasa convertir en hechos las proclamas de hacer de El Alcoraz un recinto del que no se sigan escapando todas las ilusiones.

EL RECIBIMIENTO

La trascendencia de esta misión ha sido tomada como propia por una afición que quiere dar otro giro de vuelta a la tuerca de su animación de cara a esta final en noviembre. Las peñas han organizado una campaña especial de apoyo desde las redes sociales bajo el lema #YoNoReblo y los jugadores serán recibidos por su hinchada a la salida del hotel Pedro I de Aragón, lugar de concentración azulgrana (16.30 horas). Se trata de arropar a una plantilla que no quiere rendirse y que necesita la unión de todos para continuar soñando con el objetivo de no convertir en anécdota el paso por Primera y reducir la escapada de los equipos en la zona de tranquilidad (cuatro puntos actualmente hasta la liberación).

Otro parón liguero ha proporcionado al Huesca esa dosis de tiempo para afinar el giro táctico de la propuesta de Francisco, pese a no haber ayudado la huida internacional de Gürler, Akapo y Jovanovic. El ensayo amistoso ante el Eibar en Tafalla (2-0) amplió la posibilidad de otros dibujos tácticos, incorporando un novedoso 4-1-4-1, y procuró minutos para los menos presentes en las alineaciones de LaLiga. El buen rendimiento que ha dado la apuesta por los tres centrales y dos carrileros que tocan la cal de la línea de fondo, un medio centro más poblado y puntas de trabajo y movilidad presagia la repetición del 3-5-3 en la visita del Levante. A la pizarra se unirá el esperado ánimo de lucha, la presión defensiva y el ataque vertical que han sido la seña del Huesca del ascenso y que se han recuperado con Francisco.

El paso del reloj sin las urgencias de tener un partido detrás de la nuca ha permitido desalojar la enfermería y rearmar el posible once de nombres propios con peso específico en el pasado, el presente y el futuro del Huesca. La recuperación de Etxeita, Chimy Ávila y Pablo Insua arman de posibilidades las alternativas de un entrenador que, descontando a Luisinho y a Gonzalo Melero (de baja todavía por pubalgia), tendrá a su disposición casi todo el material para construir un equipo indestructible.

El Levante no será un rival sencillo. Cuadro sacrificado en el esfuerzo colectivo, sin grandes estrellas, con una línea de cinco defensas y con un estricto orden táctico, camina octavo gracias a que ha logrado más puntos fuera de casa que en Valencia. Vencedor en el Bernabéu y Getafe lleva dos meses sin perder lejos de su feudo. Esta estadística confirma la peligrosidad de un adversario entrenado por Paco López y que contará con las bajas por sanción de dos hombres clave: José Luis Morales y José Campaña. Ambos son los jugadores de campo más utilizados hasta el momento por el entrenador valenciano, que tiene en Roger Martí a su máximo realizador (6 goles). Además, Doukouré regresó lesionado de la concentración de Costa de Marfil y se une a Samu García, Sergio Postigo, Luna y Rochina como ausencias para el partido de esta tarde. López convocó al jugador del filial Fran Manzanara.

«Sabemos que el Huesca es un equipo muy peligroso y más en la situación que está. Para ellos es una final como han dicho sus jugadores durante la semana. Le tenemos mucho respeto», dijo el técnico del Levante.