El Zaragoza ofreció tímidos signos de mejoría de sus conocidas carencias para lograr la segunda victoria de la pretemporada en el debut de la gira inglesa. El Watford, un rival digno pero inferior, se encontró con la mejor arranque de partido del equipo aragonés, que se apoyó en un Cani esperanzador, también físicamente, y en un Galletti letal, para encarrilar la victoria, defendida con más problemas tras el descanso. Así, con más llegada arriba y mejor salida de balón, pero con demasiado margen para la mejora, la cita en Vicarage Road invitó más al desasosiego que a la esperanza.

Tras los decepcionantes resultados en la concentración de Suiza, el Zaragoza puso todo el empeño en cambiar de imagen en Inglaterra. Víctor dispuso un once competivo, donde se echaban en falta sólo a Láinez, Cuartero y Milito, que desde el primer momento se hizo con las riendas del choque. Ante un rival inferior, pero más rodado y bien conducido por la clase de Savio, en su primer partido, y Cani, además de la velocidad de Galletti, el equipo aragonés no tardó en generar más peligro que si se unen los tres amistosos serios que disputó en el stage suizo.

Fue Savio, tras una magistral jugada de Cani, el que tuvo la primera gran ocasión, que mandó fuera, pero Galletti no falló poco antes del cuarto de hora al aprovechar un envío desde la medular para batir por bajo y con suspense a Chamberlein. Dos minutos después, el Hueso demostró que le sentaba bien el brazalete que estrenó ayer --es el tercer capitán-- y envió de cabeza a la red un buen servicio de Ponzio, ayer inspirado en el lateral derecho.

Esos dos derechazos silenciaron a la animosa y escasa parroquia local y contribuyeron a anestesiar el choque. El Zaragoza se refugió atrás y dejó la iniciativa al rival. Llegó el momento de Alvaro, solvente en la zaga, aunque poco pudo hacer con un error de Soriano que propició el primer disparo local, de Helguson. Eso sí, la mejor ocasión para el Watford llegó por la banda izquierda de Aranzabal, de nuevo uno de los más flojos, pero el centro de Devlin se encontró con el despeje de Ponzio con Luis García ya batido.

PEOR TRAS EL DESCANSO El Watford, lavó la cara al once con cinco sustituciones y, de la mano de Mahon y Young, se hizo amo del choque en el arranque de la segunda mitad. Precisamente fue Young quien sorprendió a Luis García con un disparo que pilló adelantado al guardameta. Víctor contrarrestó la salida en tromba de los locales con la entrada de Milito, Generelo y Oscar al cuarto de hora y el partido se fue igualando.

El desparpajo de Cani dio esperanzas al Zaragoza, más sombrío conforme pasaron los minutos y que acabó encerrado en su área más por la fe del Watford que por otra cosa. Hasta pudo llegar el empate tras un error en una salida de Zaparaín que no aprovechó Bouzza, pero al final fue inamovible la victoria que invita a una tímida esperanza.