Podría pensarse que el Mundial está decidido, que Lewis Hamilton tiene el título en el bolsillo porque le basta y le sobra con otro segundo puesto tras su compañero y rival Nico Rosberg en la última carrera. Pero no, nada de eso. La próxima semana en Abu Dabi puede ocurrir de todo porque el inglés no sabe qué es eso de correr con la calculadora. Ayer, en Interlagos, estuvo a punto de tirarlo todo por la borda con una salida de pista en la vuelta 29, cuando se empeñaba en adelantar a Rosberg en la segunda parada en boxes. Ese es Hamilton, y por eso aún hay Mundial.

"Mi ingeniero me pidió que tirara a fondo y eso fue lo que hice, pero los neumáticos traseros estaban muy degradados y perdí el coche en la frenada", reconoció Hamilton, que pidió perdón por radio a su equipo por el error. La excursión le salió barata. Siguió en carrera, aunque se había dejado seis segundos que, con su agresividad innata, no tardo en recuperar. Rosberg vio por un momento que se cumplían sus deseos, pero todo se quedó en un simple susto para Lewis. "Estoy contento. Una semana atrás en Austin no tenía el ritmo, pero aquí he solucionado los problema, aunque no sé si llego tarde...". En efecto, puede que los 17 puntos de diferencia sean un mundo, pese a la doble puntuación de la última prueba.

MASSA, PLETÓRICO Tras la batalla de los Mercedes emergió un Felipe Massa pletórico en su casa, en el mismo circuito donde logró su primera victoria con Ferrari, en el mismo escenario donde se vio campeón del mundo durante unos segundos en aquel 2008, cuando cruzó la meta como campeón... hasta que apareció Hamilton tras rebasar a Timo Glock. "Ahora, en esta escudería, me siento querido y respetado", dijo desde el podio, porque ha recuperado la sonrisa que le había borrado del rostro al salir de Ferrari.

Durante cuatro años no pudo sostener la comparación con Fernando Alonso, pero la llegada de Raikkonen a la Scuderia llenó de razón a Massa y al propio Alonso, que ya adelantó lo que iba a pasar: "No tengo miedo a Raikkonen, porque no es mejor que Massa, y ya lo vimos cuando compartieron equipo en Ferrari". Y sí, Alonso ha vapuleado al finlandés. Ayer se gustó de nuevo. Le superó en clasificación, y lo hizo de nuevo en carrera. Kimi eligió una estrategia a dos paradas, Alonso a tres, lo que les haría encontrarse en la pista al final. Fue a falta de seis vueltas y el asturiano dio cuenta del finlandés, como ha hecho casi siempre. "La verdad es que me he divertido, y el sexto puesto es lo máximo a lo que podíamos aspirar con este monoplaza".

El asturiano sigue sin soltar una palabra sobre su futuro, y menos ponerse fecha. "Tengo tiempo hasta Australia", dice cuando alguien le habla de una fecha límite para decidirse. Y así es. McLaren le esperará lo que sea necesario, y el asturiano no dará un paso hasta que Ferrari no pueda aguantar más para anunciar la contratación de Vettel, muy probablemente la próxima semana, al acabar la última carrera, el GP de Abu Dabi.