Abrumadora mayoría de seguidores iranís en el Kazán Arena, escenario del partido. Y entre los 18.000 ciudadanos del país persa que asistieron al partido contra España, muchas mujeres, haciendo lo que en su país tienen vetado desde hace décadas por las autoridades de la República Islámica: poder asistir a un partido de fútbol masculino.

Sin chador ni velos, mostrando la mayoría de ellas sus melenas, rubias o morenas, y con el rostro pintado con los colores rojo, blanco y verde, los de la bandera de su país. Sonreían y se abrazaban a sus colegas masculinos sin temor, en una atmósfera de relajación y libertad, lejos del ambiente puritano que reina en las calles de Teherán. Algunas, incluso, mostraban pancartas reivindicativas: «No dejen a las mujeres fuera del estadio».

María, entrevistada por Tele 5 en castellano, lengua que domina, no podía ocultar la emoción del momento. Era la segunda vez que acudía a un partido. La primera fue contra Marruecos, en el estadio Krestovski de San Petersburgo: «Tengo un sentimiento muy fuerte por poder estar en un estadio; es algo muy bello poder estar juntos hombres y mujeres».

Algunas rebeldes

Desde el triunfo de la Revolución Islámica en Irán, en 1979, las mujeres tienen vetado el acceso a los estadios para asistir a partidos de fútbol masculino, aunque algunas rebeldes se lograban colar en las instalaciones deportivas vistiéndose como hombres, empleando pelucas o llevando adheridas al rostro barbas postizas. Se trataba de impedir que las mujeres estuvieran expuestas a los «juramentos» y el «comportamiento vulgar» de los hombres durante los partidos.

Pero este Mundial 2018 está logrando abrir una brecha en una norma que el Gobierno ha mantenido vigente contra viento y marea desde hace décadas. Las autoridades han permitido la instalación de una pantalla gigante en el estadio Azadi de Teherán, donde la selección nacional iraní juega sus partidos en casa, con capacidad para más de 100.000 espectadores, para ver el partido con La Roja. Se han puesto a la venta un total de 10.000 entradas y a los varones y las féminas se les permitirá asistir al evento juntos.

El fútbol es el deporte más popular en Irán, seguido por la lucha libre y el voleibol. Desde hace años, las mujeres reivindican su derecho de poder acudir a los estadios, algo que hacen cuando se hallan en el extranjero. Según informan reporteros con base en Teherán, la televisión eliminó las imágenes de mujeres entre el público del partido que les enfrentó contra Marruecos .

La segregación afecta también a otros deportes. Ghoncheh Ghavami, una mujer irano-británica, pasó cuatro meses en la cárcel en el 2015 por intentar ver un partido de voleibol masculino. La natación y la lucha libre masculinas están fuera del alcance de las chicas. Para otros deportes se permite el acceso pero solo en zonas segregadas.