Si el Real Zaragoza pretende ser un equipo reconocible en lugar de jugar como si se tratara de la selección de Babel, deberá hablar un mismo lenguaje. La temporada que está a punto de expirar ha mostrado a un conjunto de fuertes contrastes, capaz de comportarse como un veterano de guerra y, bajo el mismo uniforme, descubrir en muchos partidos el rostro de un niño en mitad de un campo de minas. Láinez, Alvaro, Milito, Movilla y Villa han sido fieles a su carácter competitivo, ajenos casi siempre a la presión que ha sufrido el equipo durante nueve meses, un embarazo difícil que dio a luz la salvación.

El rendimiento del resto ha fluctuado en función de personalidades más impresionables o de defectos futbolísticos inadmisibles. Víctor Muñoz y Miguel Pardeza han hecho un esbozo para reforzar la plantilla y les ha salido la Gioconda . Coinciden en que es necesario contratar a cinco jugadores, todos ellos especialistas, pero acudirán al mercado cargados de razones no sólo para cubrir esas necesidades de primer orden, sino también para intentar tapar otros agujeros.

DINERO E IMAGINACION En esta ocasión la gula deja de ser un pecado para convertirse en una virtud. La última palabra, como siempre, la tendrá Alfonso Soláns, de cuya apuesta inversora dependerá la renovación que se persigue para que el Real Zaragoza tenga uniformidad. También, cómo no, de la capacidad negociadora del club y de su intuición para extender sus redes con acierto más allá de lo evidente. Celta y Valladolid, si descienden, serán los destinos obvios de todos los cazadores de la Liga. No hay un futbolista barato en Vigo, y a Oscar, la perla de Pucela, lo quiere el Athletic.

Un portero, dos laterales, un mediocentro y un delantero son los objetivos. Todas esas peticiones tienen su razón de ser.

UN PORTERO

César Láinez dispone de la absoluta confianza del entrenador en la misma medida que Víctor sospecha de quienes le secundan. Se busca un portero, para lo que sería conveniente llegar a un acuerdo con Raúl Valbuena para rescindir el año de contrato que aún le une al equipo aragonés. Y no un portero cualquiera, sino alguien que además de competir con César por el puesto sea un jugador capaz de asumir la titularidad sin provocar taquicardias a la afición y a los compañeros. El interés por Frey, meta del Parma a quien el club italiano busca destino, demuestra que el cuerpo técnico va muy en serio. No se pueden afrontar cuatro competiciones con un solo futbolista de garantías en una posición de extrema responsabilidad. También se tiene en cuenta que Láinez se ha perdido esta temporada siete encuentros por las lesiones.

DOS LATERALES

La economía dirá si uno o dos, si bien lo lógico sería apuntalar la defensa con un par de ellos. Con Milito y Alvaro colgados con firmeza del candado, la idea es que nadie dinamite la caja fuerte por los costados. El Real Zaragoza debe flexibilizarse después de un tiempo excesivo sustentado su trabajo de contención en cuatro centrales. No sólo es un tema de protección, sino también de intimidación. Los mecanismos del fútbol actual, que insiste en enladrillar el centro del campo para oscurecer el pensamiento, exigen alternativas de sorpresa. Rebosio, quien seguramente no seguirá en el club si éste le oferta una renovación a la baja, y Toledo no aportan profundidad. Cuartero, excelente en el tramo final, es el único que, gracias a su mayor criterio con el balón, enseña prestaciones ofensivas y rompe con la tendencia estática. Se echan de menos, sin embargo, laterales más versátiles, furiosos y atrevidos.

EL MEDIOCENTRO

El corazón zaragocista late ahora con arritmia porque sufre por Movilla. En caso de continuidad del Gregorio Manzano en la ribera del Manzanares, el pelado seguirá siendo el faro del Real Zaragoza, pero las noticias que llegan del club rojiblanco dicen lo contrario, lo que implica que el centrocampista regresará a Madrid. La espera se hace dura, ya que sobre su órbita gira gran parte de los planes de futuro. Si se va, habrá que buscar un futbolista de sus características. Y aquí habrá que ser generoso con el dinero y muy cuidadoso en la elección. Celades o Cambiasso, antiguas y vigentes aspiraciones, no se ajustan al cien por cien al perfil del mediocentro acaparador, constante y altruista de Movilla. En esa zona crecen los problemas porque Ponzio no un escudero fiable y amenaza con recuperar la titularidad para buscar la rentabilidad de su fichaje. La continuidad de Movilla es una cuestión de estado.

UN DELANTERO

Villa ha marcado 17 goles. El resto de mediapuntas y delanteros ni siquiera han alcanzado los cuatro tantos de Alvaro, y alguno tampoco los tres de Toledo. El Guaje no parece que vaya a frenar su progresión, pero fiar de nuevo todo el arsenal ofensivo un solo futbolista es jugar con fuego. Dani acompaña bien, aunque los años y la inactividad ha reducido su relación con el gol y su presencia en el área. Además cuenta con atractivas propuestas del fútbol inglés con las que el Zaragoza ni competirá. Villa necesita un futbolista de mayor amplitud, que no le robe protagonismo pero tampoco le exija aparecer en todos los planos. Un complemento con olfato y pegada aérea y terrestre, nada de enganches de bisutería. Aquí es muy probable que haya que romper la hucha.