El Panasonic Caspe volvió a sufrir otro revés de la Liga Nacional de Fútbol Sala al echar literalmente de la competición de la división de plata al equipo caspolino. El conjunto de José Luis Domingo ya sufrió una situación parecida hace dos temporadas, cuando vivió un controvertido descenso y tuvo que bajar a Primera Nacional A en otra decisión muy polémica. La situación podría repetirse ahora, pero en esta ocasión por una controversia en torno al pabellón de Caspe.

La Liga Nacional homologó el pabellón de la ciudad del Compromiso, pero el aforo que exige para poder disputar partidos es inferior a las 1.000 localidades requeridas. El Panasonic indicó a la competición que jugaría en el pabellón alternativo de Alcañiz, que cumple la normativa. Sin tiempo material para buscar otro emplazamiento, la Liga comunicó al club aragonés que debía encontrar una segunda cancha y al no poder producirse (Caspe expuso la pista de Andorra, pero ya fuera de tiempo), se consumaría su descenso de categoría.

ULTIMA ALTERNATIVA La asamblea de la Liga Nacional era la única vía de escape para salvar tan controvertida decisión, pero en votación decidieron que de los nueve clubs implicados en el descenso de categoría, tres de ellos curiosamente fueran readmitidos y los otros seis perdieran la categoría en los despachos que no en las pistas. En este último ramillete de equipos entraba el conjunto zaragozano, que se veía maniatado para solucionar esta situación. Antes tan inusual postura de la Liga Nacional, el Caspe agotará todas las alternativas posibles, incluso la judicial, para salvar una categoría en la cual en la presente temporada finalizó en la octava posición, la mejor de toda su ya dilatada historia en la División de Plata.