Cuando Víctor Fernández habló del potencial económico que el Zaragoza iba a tener se refirió, sin nombrarlo, al límite salarial como uno de los condicionantes para que la respuesta a su continuidad fuera afirmativa. El técnico desea un límite, el marco impuesto por LaLiga para controlar el gasto, más elevado del que se ha tenido esta temporada, de 6,3 millones, y que el club maneja como similar para la que comenzará, la séptima consecutiva en Segunda, en la 19-20. ¿Puede aumentar la SAD ese límite? Sí, puede.

Pero no lo tiene nada fácil, ya que o bien vende jugadores o, si no lo hace y ese aumento llega a través de una aportación de capital externa o interna, esta tiene que ser superior a cinco millones y no toda, en el caso de que llegue de los actuales accionistas, va a parar al límite salarial una vez satisfecha esa cifra. De hecho, solo el 50% iría y siempre bajo la autorización de LaLiga, que en el caso de aportaciones importantes se decanta por un reparto entre varios años. De hecho, en el control económico actual obliga a los clubs a presentar, además de las cifras de la próxima temporada, una proyección para los dos cursos siguientes.

Cinco millones. ¿Por qué esa cifra? El club no es viable por sí solo en Segunda. Es decir, genera un déficit de caja que ronda esa cantidad. Hasta ahora, las aportaciones de la Fundación Zaragoza 2032, la última de unos 9 millones en el verano del 2017 que trajo la modificación del convenio con Hacienda, han supuesto 22 millones desde el 2014, vía préstamos desde la fundación o vía ampliación de capital en el 2015 para pasar de 2 a 4,5 millones. Además, traspasos como los de Vallejo, junto al meta Darío Ramos, al Madrid (6 millones) o Diego Rico, al Leganés (algo más de un millón), o los derechos de formación cobrados por Ander Herrera cuando se marchó al United en el 2014 (1,4 millones) también han ayudado a sostener la viabilidad de la entidad.

La norma del 40%

En el límite salarial impuesto por LaLiga se aplica en síntesis la fórmula de ingresos menos gastos no deportivos y después, en la diferencia, está la cantidad que cada club tiene para elaborar su plantilla, teniendo en cuenta que para el Zaragoza, más que para otros equipos de Segunda, su cantera supone un gasto mayor. LaLiga, desde el curso pasado, estableció que el límite salarial nunca puede ser inferior al 40% de los ingresos ordinarios de la entidad, una norma que favorece al club aragonés, que maneja un presupuesto alto pero al que las deudas le limitan el margen de maniobra que le dejan. Si la patronal de los clubs mantiene esa norma, que también ha provocado situaciones como la del Reus o la del Córdoba esta temporada, es fácil deducir que el límite salarial del Zaragoza va a ser similar al de la campaña pasada, puesto que sus ingresos son parecidos. De ahí que Lalo Arantegui trabaje con esa premisa ya de unos 6 millones de euros.

El Zaragoza tuvo en la 17-18 un presupuesto 15,4 millones y, para la actual, tiene planteados unos 15,9. En esa cifra de la 17-18 están los 7,6 millones en televisión (este curso serán algo más por el tercer puesto anterior aunque el próximo también bajará porque la clasificación actual es peor), unos 3,5 por abonos, con récord histórico de más de 27.000 socios en Segunda, y casi tres millones en marketing y patrocinios. En cuanto a ingresos ordinarios, el club anda en máximos muy difíciles de incrementar. Y la vía de patrocinios o ayudas públicas no ha dado los frutos hasta ahora que la SAD considera apetecibles, con un convenio de patrocinio con la DPZ de unos 750.000 euros anuales y la disputada ayuda del Ayuntamiento de Zaragoza de 800.000, que además ha tenido que ir a mejoras en La Romareda y al deporte base.

El club, por ejemplo, debe hacer frente en este mes de julio a 1,9 millones del segundo plazo del concurso de acreedores y afrontar el pago de 1,2 millones más los intereses de la deuda histórica con Hacienda, que está todavía en torno a los 16 millones.

Para paliar ese déficit de caja el Zaragoza está obligado a vender jugadores. De los traspasos que haga, el 25% va al pago de esa deuda histórica con Hacienda y otro 25% va al concurso, al 10% de la quita que depende de ventas de futbolistas, pero ahí lo hace con un límite máximo de un millón anual. Así, la cuenta sale fácil. Si el Zaragoza necesita unos cinco millones para paliar su déficit de caja debe traspasar por orden de unos ocho. A partir de ahí podrá incrementar su límite salarial, siempre con la contrapartida a Hacienda, teniendo en cuenta que la del concurso de acreedores ya estaría saldada.

La otra vía es la de las aportaciones de la fundación, como hasta ahora, para sostener el límite salarial. Se diría que no parece haber disposición a más aportaciones. De hecho, la SAD ha abierto en esta temporada mucho más que otros años sus miras a aportaciones llegadas desde fuera de la propiedad, ya sean directas o a través de ampliaciones de capital, sin resultado todavía, aunque no se puede descartar que se produzca.El club puede optar por apostar por financiación externa a través de fondos de inversión mediante un préstamo importante que incrementara el límite salarial de forma sustancial y durante varios años, tres al menos. El problema es que esas inyecciones económicas tienen un alto coste en los intereses y comprometen, en caso de no subir a corto plazo, la viabilidad futura del Zaragoza, lo que hace de esa opción muy poco factible.

Nuevos accionistas

Otro modelo es la entrada de un nuevo accionista, lo que implica una ampliación de capital. La fundación controla el 85% de capital a través de la familia Alierta (Prado de Altaoja, 27,9%), Yarza (Gredinco, 19,02%), Juan Forcén (Sport Around The World, 19,02%) y Carlos Iribarren (Tecnoiragin, 19,02%). Dejando de lado las mayores o menores tensiones en esta entidad y el compromiso tácito en su entrada de ir de la mano en las decisiones que se tomen sobre la propiedad del club, la llegada de un capital importante supondría un nuevo accionista mayoritario y un cambio de poder que no es fácil de escenificar en una negociación.

No lo tiene sencillo, pues, el Zaragoza para incrementar ese límite. Pero, ¿tan decisivo es? Es importante, claro, y las diferencias con los equipos que bajan son notables. Este curso, por ejemplo, el Zaragoza ha tenido cuatro veces menos de capacidad de gasto que el Málaga, con 25 millones de euros. Eso sí, ni Osasuna, ya ascendido, ni Granada, a un paso del logro, han estado entre los tres límites mayores, que corresponden a los recién descendidos, teniendo en cuenta que LaLiga va a obligar a que la ayuda al descenso, que oscila entre los 11 y los 14 millones, se reparta a partir de la próxima temporada al 50% entre dos años para reducir la desigualdad y la inflación en el coste salarial de jugadores que proporciona esa contraprestación.