La seguridad defensiva que exhibe el Zaragoza, que no ha encajado gol en los últimos 273 minutos y en cuatro de los siete partidos de esta Liga --los tres últimos y el debut ante el Recre--, tiene muchas razones, pero una de la claves sin duda es el gran rendimiento que está ofreciendo Óscar Whalley, que ha demostrado con paradas, tranquilidad y seguridad la razón de la firme apuesta de Víctor en sus posibilidades.

El Zaragoza está a un solo partido de su último precedente en cuanto a sellar su portería sin goles. Fue al final de 08-09, cuando estuvo cuatro citas sin encajar, ante Huesca, Celta, Alicante y Albacete, para sumar cuatro victorias --ahora lleva tres-- en el caminar a su último ascenso a Primera. Hace más de cinco años de eso y lo igualará si mantiene a cero su portería en Lugo. No es, pues, un dato baladí. "Es muy importante dejar la portería a cero y los trabajos que nos hace el míster de defender con seis, con cinco o con cuatro jugadores nos vienen genial para saber defender", explicó Whalley.

A ese entrenamiento el meta añade una o dos paradas decisivas por encuentro, si bien ante el Mallorca sus intervenciones no fueron tan vitales como ante el Llagostera o el Alavés. En todo caso, su seguridad bajo palos y el crecimiento defensivo del equipo han propiciado que el Zaragoza sea el cuarto menos goleado de Segunda. Las 6 dianas en contra --cuatro de ellas ante el Barça B-- solo las mejoran las 5 que han encajado el Valladolid, el Recreativo y el Llagostera. "La clave de toda la mejora es la compenetración, cuanto más nos conocemos, más nos buscamos y mejor sabemos las reacciones de un compañero, lo que nos hace ayudarnos más de unos a otros", sentenció el meta zaragozano, que ha disputado todos los minutos en lo que va de campeonato.