El mal estado del terreno de juego de Maracaná es la principal preocupación de la organización y de los entrenadores de ambos equipos, que no pudieron ejercitarse en el escenario del partido. La intensa lluvia caída en los últimos días ha terminado por dañar el terreno, que a lo largo del Mundial empeoró su situación paulatinamente. El recinto, puesto en marcha en 1950, ha acogido seis partidos en Brasil 2014.