El Real Zaragoza ha perdido seis encuentros en su feudo y el Betis ha ganado otros seis en Liga con el de ayer. El resultado de anoche entra, pues, dentro de la lógica, aunque lo cierto es que si hubo alguna lógica en el primer partido del año fue la del error y ahí ganó el Betis, un conjunto en plazas europeas que aprovechó las lagunas defensivas en los repliegues de un Zaragoza que no acertó a adelantarse cuando hizo méritos, en la recta final de la primera parte, y que demostró que de largo le faltan recursos en el banquillo, sobre todo en ataque y sin Aranda.

Por fallar, también falló Teixeira Vitienes, que debió expulsar a Nosa, y que sí lo hizo con Álvaro por menospreciarle una vez que se consumó la derrota. El Betis tuvo el partido hecho cuando restaba más de media hora y el Zaragoza lo intentó, con mucho corazón y sin demasiados recursos, pero solo encontró el gol de Montañés.

En todo caso, el Zaragoza está claro que tiene un serio problema en casa, donde paga muy caros sus desajustes defensivos y se le nota su falta de posibilidades en ataque. Mucho más ante rivales como el Betis que son un prodigio en el repliegue y en la velocidad a la contra. Con esas armas, con la capacidad de Cañas en la medular, la calidad de Salva Sevilla y la puntería de Rubén Castro y Jorge Molina se llevó la victoria de La Romareda, que otra vez vio perder a su equipo. Van ya seis. Y eso no es fruto de la casualidad. Ni mucho menos.

Con todo, el Zaragoza mereció adelantarse en el marcador. Con la fallida alternativa de Edu Oriol en la banda derecha, donde ni cumplió en ataque ni ayudó en defensa, en lugar de Zuculini y tras una primera media hora insulsa, con control del Betis, el conjunto aragonés se activó en su zona de ataque y fue más eficaz en la presión en el medio. Más que suficiente para rondar el gol. Álvaro, a centro de Víctor, Postiga, que se entretuvo tras recortar a Adrián, una providencial intervención de Chica ante el portugués tras un córner y un despeje de Beñat en otro saque de esquina merecieron tener el premio del gol.

Sin embargo, un mal saque de falta propició una contra que Rubén Castro definió con la frialdad de un asesino. El ariete canario ya es un experto en marcar al Zaragoza, sea con la camiseta que sea. Cinco goles ha hecho en La Romareda. El Zaragoza replegó horrible tras su fallo en la estrategia y Campbell tuvo el camino libre para poner de gol a Rubén Castro, que batió por bajo a Roberto para que el resultado fuera muy injusto al descanso.

En la reanudación, Nosa salió con revoluciones. Primero hizo una falta a Sapunaru, vio la amarilla, debió ver la segunda por agarrar a Apoño pero Teixeira se hizo el sueco, mientras Mel no tardó ni un minuto en quitar a su jugador para meter más pólvora con Molina. Por entonces, el carril diestro del Zaragoza era un coladero, con Sapu tocado y Jorge Molina tuvo la primera tras asistencia de Rubén Castro. Con la segunda, tras un mayúsculo error de Álvaro, no falló, tras recortar al central, cuya noche no pudo ser más aciaga.

La entrada de Zuculini mejoró a un Zaragoza, que pudo acortar distancias por medio de Víctor, pero que vivía demasiado expuesto. Roberto salvó una doble ocasión de Rubén Castro y el partido volvió tener pleito cuando Montañés sacó petróleo de una indecisión de Beñat tras una pared entre Víctor y Ortí. Con el canterano y con Javi Álamo, con lo poco que hay arriba, con Postiga desquiciado, pero con toneladas de fe el Zaragoza quiso salvar un punto, pero no pudo ante un Betis que no jugó ya más al carrusel de los errores.

Los 22 puntos en la tabla aún son una tranquilidad, pero a este Zaragoza le queda por mejorar en su feudo, donde sufre demasiado por su falta de eficacia, su inmadurez y su incapacidad para manejar los encuentros.