D Tiene 28 años, está licenciada en Matemáticas, acaba de sacarse un masters de Economía y espera trabajar muy pronto en una entidad bancaria. También es árbitro de baloncesto. Pero lo que más le gusta a Loli Muñoz, su gran pasión, es el boxeo. O, en su defecto, el full-contact. "Mis padres no querían que boxeara, pero siempre me han gustado los deportes de contacto y estudiar. Hay muchos tópicos que dañan al boxeo. Es duro, pero te preparas para recibir golpes y todos los deportes de alto nivel cargan muchísimo", comenta.

D Tranquila, constante, algo cabezona y, sobre todo, muy perfeccionista, disputó cuatro combates antes de tomarse un año sabático por los estudios. Ahora espera una nueva oportunidad en un mundo que considera "demasiado machista". Pero Loli, o Sugar Loli, por su obsesión por las gominolas, está más preocupada por mejorar su rapidez de movimientos. Incluso por potenciar su espectacular derecha. Rafa Martín, su entrenador, también destaca su "disciplina y su capacidad de aprendizaje".D Muñoz no es la única mujer del KO Verdún. Martín ha rescatado a Esther Páez, la primera mujer que peleó en un combate profesional. Fue en Melilla. Páez, que habla de forma compulsiva aunque se niega a revelar su edad, también se tomó un respiro, pero ahora quiere reengancharse. Como Tyson. Dice que no sabe hacer otra cosa y afirma que el boxeo "es menos agresivo que los dibujos animados" que ve su hija Valeria.D Páez y Muñoz comparten una misma pasión, pero son muy diferentes. Ambas, no obstante, coinciden en su devoción por Muhammad Ali, el entusiasta boxeador que desde los gimnasios de Louisville y Kentucky alcanzó la gloria antes y después de desafiar al gobierno norteamericano con su negativa a combatir en Vietnam. Muñoz lo tiene claro: "Ali fue un ejemplo para todos. Era muy grande". El más grande.