La última vez que el Real Madrid ganó las tres primeras jornadas de Liga acabó conquistando el campeonato, la mayor alegría de Zinedine Zidane en el banquillo blanco y el gran objetivo marcado por Julen Lopetegui, que calca el inicio con pleno de triunfos y diez goles a favor. El Real Madrid de Lopetegui va ganando solidez a base de triunfos, sacando provecho de un calendario favorable hasta el parón por partidos de selecciones, y cumpliendo el objetivo marcado de un inicio fuerte de competición.

Al triunfo solvente ante el Getafe con el que dio el primer paso (2-0), le siguió la primera remontada del curso en Montilivi, estadio donde cayó derrotado la pasada temporada y que acabó en goleada gracias a una gran segunda parte (1-4). El mismo resultado lo repitió en el Bernabéu en un partido muy completo frente al Leganés (4-1).

La última ocasión que el conjunto madridista comenzó LaLiga Santander con pleno de triunfos en las tres primeras jornadas fue hace dos años. Como ha ocurrido esta temporada, el Real Madrid enfocó a la competición doméstica como el gran reto y lo acabó conquistando en un título que Zidane siempre confesó que le hizo más ilusión que las tres Ligas de Campeones consecutivas ganadas.

En la temporada 2016-17 el buen inicio del Real Madrid duró cuatro jornadas. No fue hasta la quinta cuando sufrió el primer traspié, empatando de local ante el Villarreal.

Julen Lopetegui se fue ayer a ver a Vinicius Junior contra el filial del Atlético de Madrid en el Cerro del Espino. El brasileño fue titular con el número once a la espalda desde el comienzo, se le vio voluntarioso, ofreciéndose por el costado zurdo pese a la constante vigilancia que ejercían sobre él los rivales.

Solo tardó seis minutos en encontrar la red, igualando así el tanto inicial en contra marcado por Araújo con un sutil toque raso. Fueron las primeras notas de su recital durante ese tramo de la primera mitad. Su gran momento tuvo lugar en el minuto 28. Una buena combinación en las inmediaciones de la portería acabó en sus pies a la altura de la media luna, donde se inventó un tiro que se coló por la escuadra. Pese a sus goles, el partido acabó 2-2.