El ingeniero italianoLuigi Dall’Ignia, que dejó Aprilia para convertir en campeona del mundo a Ducati, aseguró, nada más contratar a Jorge Lorenzo, a mediados de la pasada temporada, logrndo que el tricampeón mallorquín abandonase Yamaha, que “ahora sí, hemos dejado de tener excusas para no aspirar al título mundial de MotoGP”. Dall’Ignia, que el próximo miércoles se instalará con todo su equipo en el paddock de Jerez donde, la próxima semana, se disputará el Gran Premio de España, expresaba así la idea que habitaba en todo el paddock, que era que la Ducati Desmosediciya estaba para aspirar al título en manos de un piloto ganador.

Pero, transcurridas las tres primeras carreras de la temporada, ganadas por los catalanes Maverick Viñales (Yamaha, vencedor en Catar y Argentina) yMarc Márquez (Honda, Austin, EEUU), el desencanto se ha aporado, sino del equipo de Borgo Panigale, pues nadie del team de Dall’Ignia se ha expresado en ese sentido, sí de los dos grandes campeones que pilotan sus máquinas, el novato Lorenzo, de 29 años, y el experto Andrea Dovizioso, de 31 años, el único de ellos en lograr un podio (segundo en Doha) y que figura en cuarta posición del Mundial tras Rossi, Viñales y Márquez.

LORENZO MEJORA MUY LENTAMENTE

La idea de que a Lorenzo le está costando más de lo previsto hacerse con el control de la moto italiana, entre otras cosas porque viene de una moto maravillosa, perfecta y, sobre todo, dócil, que se deja pilotar, empieza a ser una realidad. Es cierto que la mejora se ha notado de Catar a Austin (Texas), pero aún está muy lejos, mucho, de los que ya son los tres grandes aspirantes a la corona.

En un inicio, el tricampeón mallorquín de MotoGP explicó que se había equivocado gravemente al pedir que le variasen la altura de su sillín y que, desde Argentina, ya había corregido ese fallo. Pero, ni siquiera así, fue competitivo, pese a mejorar en los entrenamientos. A la salida de Austin fue muy contundente con sus declaraciones, recogidas por motorsport.com.

“Yamaha y Ducati son dos fábricas diferentes, con dos filosofías distintas. Yamaha siempre ha estado muy obsesionada con el chasis, con hacer la vida del piloto más fácil”, argumentó Lorenzo, que, después de las tres primeras paradas del calendario, ocupa la 13ª posición en el campeonato, con 12 puntos, 44 menos que el líder, su excompañero en Yamaha, Valentino Rossi.

DOVIZIOSO, MUY CONTUNDENTE

“En cambio, Ducati ha optado en los últimos diez años por fabricar el motor más potente y manejarlo con una muy buena electrónica. Puede que ahora tengamos que cambiar prioridades y, al margen de seguir desarrollando el motor, deberíamos de probar distintos tipos de chasis para facilitar el giro en curva, y hacerle al piloto la vida más fácil”, considera Lorenzo, que ve como este año se le escapa, de nuevo, el título.

La verdad es que Dovi fue aún más contundente. “Esto no va bien. No estamos siendo lo competitivos que esperábamos. No hay diseñado un plan demasiado preciso, y tenerlo es lo más importante. Con los límites que nos presenta la moto, poco importa el circuito al que vayamos”, explicó el veterano piloto italiano, que cumple su quinta temporada en Ducati y cuyo mejor resultado final, en la clasificación final del Mundial de pilotos, han sido dos quintos puestos en 2014 y 2016, ganando únicamente un gran premio, el de Malasia del pasado año.

MIRANDO HACIA EL FUTURO

“Ha llegado el momento de pensar en el futuro”, insistió Dovizioso tras Austin. “No se puede hablar más de Jerez, Le Mans o Mugello. Esta no es la velocidad que como equipo oficial nos permitirá pelear por el Mundial”, añadió el corredor de Forli. “Si el futuro significa mirar a final de año o a la temporada que viene, se hace. Es evidente que debemos replanteárnoslo todo y, si es necesario dar un giro de 360 grados al proyecto, se da”.