Existen momentos donde la vida muestra su rostro más desalmado. Hace más de un mes, a José Enrique le detectaron un tumor en la cabeza, una noticia que fue todo un mazazo para el exfutbolista del Liverpool o del Real Zaragoza. Los servicios médicos le diagnosticaron un tipo de tumor raro situado en una zona complicada. Ahora ha llegado el momento de que dispute el encuentro más importante de su vida, un choque en el que no va a estar solo, pues numerosas voces del fútbol de élite ya le han transmitido su apoyo para que José Enrique consiga salir vencedor. Entre ellos, el Real Zaragoza.

El exfutbolista criado en el barrio valenciano de Benimaclet colgó sus botas hace casi un año, en aquel intrascendente encuentro que enfrentó al Real Zaragoza y al Tenerife. Fue una despedida amarga tras una carrera con muchas luces. Destacó en un Newcastle donde vivió la decepción de un descenso y el fervor perpetuo de haber disfrutado un ascenso a la Premier. De ahí marchó al Liverpool, el paraíso del romanticismo inglés. Ahí coincidió con grandes astros del fútbol como Gerrard o Luis Suárez, vivió la esencia de Anfield, jugó partidos de Champions e incluso se coronó al levantar la League Cup en Wembley. Fue una lesión de rodilla durante un partido ante el Manchester United lo que truncó su condición física. La lesión no se la detectaron hasta meses después del suceso, algo que le impidió volver a lucir las condiciones futbolísticas de antaño. De hecho, había momentos en los que casi no podía ni andar.

Aquellos años en las islas terminaron para dar paso al último episodio de su carrera futbolística. Aterrizó en Zaragoza con las ganas de recuperar su pasión por del fútbol, además de regresar a su país; hacía diez años que no pisaba el fútbol profesional nacional. Esta experiencia terminó tras amarrar una permanencia insípida. Fue el aspecto personal el que le llevó a la retirada, su estado físico le impedía rendir al nivel que dictaba su cabeza. De hecho, se tuvo que medicar antes de numerosos encuentros con el conjunto zaragozano para poder aguantar el ritmo competitivo.

Tras abandonar los terrenos de juego se puso a trabajar en una agencia de representación de futbolistas junto a su hermano. Hace un mes se encontraba en un viaje laboral. Había quedado con Chris Hughton, técnico que ahora dirige al Brighton y al que tuvo en su época del Newcastle. «Aquella noche ya me empezaba a molestar la luz. Llegué al hotel y pensé que eran migrañas. Durante la noche tuve un dolor de cabeza brutal y a la mañana siguiente empecé a ver borroso. Después empecé a ver doble. Tenía los ojos abiertos y veía doble. Tuve que ir a Urgencias y, tras nueve horas allí me hacen un TAC. Me ven neurólogos. La prueba indicó que tenía una vena en la cabeza que estaba colapsada. Me mandaron al hospital St. George’s de Londres de inmediato, especializado en neurología», aseveró José Enrique para Marca.

Un neurocirujano informó a José Enrique y a su familia que padece un cordoma, un tipo raro de tumor. «Es un tumor situado en una zona complicada de la cabeza. Me tuvieron que hacer una cirugía compleja. El doctor Simal y su equipo me operaron la semana pasada. Entré a quirófano a las 9 de la mañana y salí a las 6 de la tarde. El tumor estaba pegado a la arteria y fue una intervención complicada», comenta el exjugador del Real Zaragoza. Tras esta intervención comenzará una nueva etapa para José Enrique. Deberá empezar un proceso de lucha diaria ya que tendrá que recibir radioterapia. «Solo hay cuatro máquinas en Europa. Mis opciones son ir a Zúrich o a París. Tendré que recibir 35 sesiones. Estaré aproximadamente mes y medio fuera, aunque eso es lo de menos. Quiero ponerme bien. Me llegaron a decir que había opciones de quedarme ciego, luego recuperé la visión e incluso los médicos se sorprendieron», aseveró el exfutbolista para Marca.

José Enrique valoró su situación con la siguiente reflexión: «Todo esto hace que valores más la vida. Los futbolistas viven en una burbuja, es una vida irreal. Te pierdes y te crees que eres invencible. Cuando juegas al fútbol la cabeza no te la chequean». Ahora llega el momento más importante de su vida. Un partido que cuenta con el inquebrantable apoyo de su familia, y todo el amor que le está brindando el mundo del fútbol.