Ganarle hoy al Racing es un mérito, pero no una hazaña. Su penosa situación --último de Primera y peor goleador--, subrayada por los pésimos resultados aunque enraizada en un fútbol impropio de la categoría, ya ha puesto al entrenador, Lucas Alcaraz, a la cabeza de la lista de la guillotina de la temporada. El Real Zaragoza se especializó el curso pasado en dar el empujón a los técnicos. Primero fue Clemente el despedido del Espanyol, y más tarde, Benito Floro cesó tras ser vapuleado el Villarreal en La Romareda. El preparador del Racing, tan estimado hasta hace bien poco por su juventud y su gran trabajo en el Recreativo, a quien acompañó hasta la final de penúltima edición de la Copa frente al Mallorca, tiene las horas contadas. Es el sino de los profesionales del banquillo.

Aquí, sin embargo, la hinchada no está convencida de que el problema sea en exclusiva del entrenador granadino (21-6-66), quien no da con la alineación ni con la filosofía que suele distinguir a la escuadra cántabra. Varía de laterales, de centrales, de delanteros en la búsqueda de ese estilo tan reconocible durante muchos años y que le ha ayudado a mantenerse a duras penas en la élite --en las once últimas campañas sólo descendió en la 2001-2002--. Un disciplinado trabajo defensivo, mucho derroche en la zona de creación y velocistas en ataque... Poco ha cambiado esa estructura en relación al año pasado, pero los defensas cometen errores individuales como el del italiano Pierini, una patada al aire en el Calderón que le permitió marcar el gol de la victoria atlética a Fernando Torres; Nafti ya no es la referencia y arriba, lesionado Arizmendi, Aganzo, el fichaje del verano, Javi Guerrero y Regueiro ni reciben balones ni rematan. El Racing ha disparado a puerta en dos ocasiones en sus tres últimos partidos.

El Sardinero ha encontrado un héroe para soportar tardes de tedio y hastío, fines de semanas cargados de derrotas y amargo regreso a casa tras el partido. La última vez que vieron vencer a alguien este estadio fue a España contra Bélgica. Su equipo no le da una alegría desde el 22 de febrero, cuando doblegó al Valladolid con una diana de Bodipo, para después iniciar un eslalon infernal de derrotas que estuvo a punto de enviarle a Segunda.

El portero, el mejor

Pues bien el héroe, o al menos el hombre que más nivel está ofreciendo en este mar de lágrimas y bostezos se llama Dudu Aouate, el portero. Ricardo llegó cedido del Manchester y la afición se santiguó, pero Lucas Alcaraz, sabiendo que el meta por el que suspira el Real Zaragoza, debía regresar a Inglaterra, apostó en la recta final del ejercicio anterior por el israelí. Ahora es titular y un prodigio de reflejos. Tiene trabajo y lo está resolviendo al estilo Casillas .

La plantilla se mantiene al margen de la crisis y Juanma, por ejemplo, habla de una situación normal de la que hay tiempo para salir. Al defensa no le falta razón, si bien Lucas Alcaraz ensayó el pasado jueves con tres alineaciones diferentes, todas cargadas de zagueros y un pivote incrustado en labores de contención. Es un claro síntoma de malos tiempos en el Racing. Ya se especula con el inminente aterrizaje de Javier Clemente.