Tal y como ya hizo ante la Juventus, Luis Enrique apeló a la emoción. Entonces, le salió mal su plan. «Si hacemos el primer gol, el segundo lo hace el Camp Nou y el tercero cae solo», pronosticó el técnico. El problema es que el Barcelon no hizo ni tan siquiera el primero, víctima de una extraña crisis de ineficacia que le ha atacado en el peor momento. Cuatro días después, el técnico azulgrana escogió la misma vía argumental para levantar a su equipo «tras una dura derrota». O gana hoy en el Bernabéu o el último mes de temporada se le hará extremadamente largo. «No hay mejor escenario para un culé que ganar en el Bernabéu, es un estímulo maravilloso», proclamó Luis Enrique inyectando energía para reanimar a sus jugadores.

«El objetivo es ser fieles a nuestra manera de ser», subrayó el técnico asturiano. «Sería irrisorio cambiar ahora», añadió después sin aclarar, en ningún momento, si mantendría el 4-3-3, con Jordi Alba de lateral zurdo, con el que intentó, sin éxito, dañar a la Juve. O regresa, en cambio, al atrevido 3-4-3 para despedirse del Bernabéu con un dibujo táctico especialmente arriesgado.

Sabe Luis Enrique lo que le espera en Madrid, con laterales largos como Carvajal (derecha) y Marcelo (izquierda), profundos y venenosos, además de un excelente juego aéreo, precisamente una de las grandes debilidades azulgranas, y un certero Cristiano como rematador puro. «Sí, son mucha situaciones especiales, tenemos que hacer que no se vean las virtudes del rival y sí las nuestras», confesó el técnico, enfatizando que su equipo «se ha levantado una y mil veces», obsesionado como anda en «recobrar nuestro mejor nivel».

Con Neymar o sin él, Zinedine Zidane espera al Barcelona más competitivo esta noche en el Bernabéu. Eso es al menos lo que ha querido transmitir a sus jugadores y a todo el entorno madridista, con el fin de que el estadio blanco se convierta en una caldera en la que el conjunto azulgrana encuentre todas las dificultades imaginables para seguir enganchado a la pelea por el título.

«Si pensamos que al Barcelona le influirá negativamente su eliminación de la Champions, nos equivocamos», dijo el técnico blanco, que finalmente podrá contar con Gareth Bale, una vez superados sus problemas en el sóleo derecho, aunque no desveló si le utilizará como titular. También Varane se entrenó con el grupo, pero no entró finalmente en la convocatoria. El técnico negó con rotundidad que la Liga vaya a estar ganada en caso de victoria blanca. «Para nada es un partido decisivo. Es un partido más, pero faltan siete todavía. No es decisivo, pase lo que pase. Nos faltan siete finales. Todos son importantes», insistió Zidane, que tampoco acepta el rol de favorito para el duelo. HSFlb